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Lo que las pantallas olvidaron

Dibujar no es un lujo ni una pérdida de tiempo. Es reencontrarse con la calma, con la belleza de una línea que nace en el papel y con un saber tan antiguo como la humanidad: la geometría. Galería de fotos

Miryam J. Mazzitelli
Miryam J. Mazzitelli | CONTENTPERFIL

Detenerse unos minutos frente a una hoja en blanco, con un lápiz o unos colores, parece un gesto sencillo, casi ingenuo. Pero como especialista en geometría, sé que allí ocurre algo mucho más profundo. Dibujar nos devuelve al presente, nos centra y nos invita a observar de otra manera. El trazo se convierte en un lenguaje silencioso que organiza la mente y, al mismo tiempo, abre un espacio de disfrute.

Vivimos rodeados de pantallas y teclados. Pasamos horas escribiendo con los dedos sobre un dispositivo que no deja huella física, que no guarda la imperfección de un trazo ni el movimiento de la mano. Esa práctica constante nos ha hecho perder poco a poco la conexión con habilidades esenciales: la paciencia de detenernos, la coordinación entre ojo y mano, la capacidad de ver cómo una idea se convierte en forma sobre el papel. Recuperar esa experiencia es, en sí misma, un acto de resistencia.


Miryam J. Mazzitelli

Y en ese juego simple, casi infantil, es donde comienza a asomar la geometría. Porque detrás de cada línea recta, de cada curva o figura repetida, late un orden que la humanidad ha reconocido desde siempre: proporciones, simetrías y formas que no son solo bellas, sino también universales.

Ese descubrimiento nos lleva a un territorio fascinante: cuando la geometría, además de estar presente en la naturaleza y en el arte, comienza a repetirse en símbolos y construcciones que distintas culturas utilizaron para expresar ideas de armonía, eternidad y trascendencia. A esa dimensión, que une el conocimiento matemático con la búsqueda de sentido, hoy la llamamos geometría sagrada.


Miryam J. Mazzitelli

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Volver a trazar estas formas es un ejercicio poderoso. Relaja, concentra y, al mismo tiempo, enseña. Es una experiencia que recomiendo a cualquiera, incluso a quienes siempre dijeron 'no soy buenos para el dibujo' o 'no me llevo bien con la matemática'. Aquí no se trata de cuentas, sino de volver a mirar y dejarse sorprender.

Por eso, desde la Academia More Math creamos un curso autogestionable de Construcciones de la Geometría Sagrada. Está pensado para que cada persona, a su propio ritmo, pueda experimentar ese viaje: del trazo libre al descubrimiento de patrones universales.

En definitiva, dibujar y reencontrarse con la geometría es mucho más que un pasatiempo; es un acto de salud, de cultura y de belleza.

Y entonces me pregunto: cuántas hojas en blanco esperan todavía en tu mesa… y hace cuánto tiempo que no dejás que un simple dibujo te regale un instante de calma y asombro?

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www.miryammazzitelli.com