En Argentina, el cáncer es responsable de 143 muertes cada 100 mil habitantes. Sin embargo, y de forma paralela, ha habido un importante progreso en la oncología de la mano del diagnóstico precoz, el tratamiento y la mejora en la sobrevida en base a los tratamientos antineoplásicos combinados. Estos tratamientos, si bien mejoran la sobrevida de los pacientes, ha traído aparejado el incremento de los efectos adversos cardíacos inmediatos y tardíos convirtiendo a los pacientes en portadores de una cardiopatía crónica.
En la actualidad, el riesgo de mortalidad cardiovascular puede superar el riesgo de recurrencia tumoral. En niños sobrevivientes de cáncer, la mortalidad cardiovascular puede aumentar hasta ocho veces. La ecocardiografía es el método de elección para la evaluación de los pacientes oncológicos antes, durante y después de la terapia del cáncer. “
Pero el problema es que el método que tradicionalmente ha sido usado, y en muchos casos se sigue usando, es una determinación por ecocardiografíade la función ventricular, la fracción de eyección (Fey), la cual, cuando se detecta una disminución de esta, puede llegar a ser muy tarde para el tratamiento y la insuficiencia cardiaca se vuelve resistente y puede tornarse irreversible”, aclara el Dr. Adalberto Eduardo Robles (M.P 11845), Docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba y Co-Director del Centro Robles de Estudios Cardiovasculares Avanzados.
Por lo tanto, los esfuerzos deben ser dirigidos a la prevención de la insuficiencia cardíaca y, como consecuencia de esto, han surgido dos métodos seguros en la detección subclínica precoz de la insuficiencia cardiaca como es, dentro de los métodos por imágenes ecocardiográficos, el Strain por Speackle Tracking, determinando el strain longitudinal Global (GLS) y los biomarcadorescomo la troponina ultrasensible.
“Un aumento de la troponina ultrasensible o una disminución del GLS de un 19% con respecto al basal se considera un fuerte predictor de cardiotoxicidad –aclara el Dr. Robles-. Desde el año 2010 hemos desarrollado en nuestro Centro un módulo de prevención de cardiotoxicidad para tratamientos oncológicos interactuado con los oncólogos para determinar tres posibles estrategias: continuar con el tratamiento oncológico con controles más cercanos, alterar el régimen o iniciar tratamiento con agentes cardioprotectores cuando hay daño pero no se puede cambiar el esquema terapéutico. El objetivo final es que, tanto oncólogos como cardiólogos, podamos actuar integralmente”.
¿Qué se está haciendo desde el ámbito académico para el correcto tratamiento de estas afecciones?
Próximamente en el curso del corriente año con el apoyo del Decano de la Facultad de Medicina, Prof. Rogelio Pizzi, desarrollaremos un área de este tipo, junto con el jefe de Cardiología y del área Crítica, el área de Oncocardiología en el Hospital Nacional de Clínicas, que será el primero de este tipo en la provincia de Córdoba.
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