El acompañante terapéutico es un agente del sistema de salud capacitado para trabajar en la atención de personas con dolencias físicas y psíquicas. Se trata de un vínculo respetuoso, cálido, contenedor, basado en la aceptación, empatía, paciencia y tolerancia. En su función está observar a la persona, escuchar y contenerla, detectar sus dificultades y fortalezas.
Y lo más importante, tender puentes entre el paciente y el mundo que lo rodea. El AT pone a disposición todo su conocimiento y amor, para aliviar los malestares del otro en su día a día. Frente al creciente uso de la medicina ambulatoria y la internación domiciliaria, es un recurso clínico fundamental y cada vez más requerido a la hora de trabajar con personas cuya realidad les impide desenvolverse en su vida de manera saludable.
Acompañar implica el acto de seguir, estar al lado. Respetar tiempos, intereses, emociones, pensamientos, juegos, aprendizajes, descubrimientos… Acompañar al otro es observar, comprender y estar incondicionalmente con amor. Es ser y dejar ser.
Algunas especializaciones: Autismo, Gerontología, Adicciones, Psicopatologías Graves, entre otras. Trabajando interdisciplinariamente con Estimulación Temprana, el Auxiliar en Psicomotricidad; y sobre todo con Psicólogos y/o Psiquiatras. En niños, el acompañamiento consiste en asistirlos también en el fundamental proceso madurativo y del desarrollo. Confiar en sus capacidades, facilitar su autonomía, dar seguridad emocional y física.
Tanto en el acompañamiento terapéutico como en la atención temprana logramos potenciar el desarrollo del niño, posibilitando una equilibrada relación con el mundo circundante. En la etapa escolar, el apoyo del AT en la integración es primordial. En un niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA), el rol del AT es indispensable para intervenir precozmente en las dificultades que se presentan, tanto en la capacidad de vincularse con los demás, la comunicación social, como en lenguaje y flexibilidad cognitiva.
Se trabaja el desarrollo de habilidades sociales y aprendizajes significativos, siempre junto a la familia y su entorno. En la intervención con adultos mayores, el AT trabaja asistiendo pacientes con patologías tales como la Depresión, Parkinson, Alzheimer y otros Deterioros Cognitivos (por nombrar las más comunes). Lo que se busca con la actuación del AT es, sin dudas, la mejora de la calidad de vida a partir de la dedicación, la contención, el tiempo y el trabajo sobre las funciones cognitivas y motrices.
También se logran atenuar algunos síntomas de dichas patologías o retardar su aparición, promoviendo siempre el bienestar del paciente. Ser AT es el arte de acompañar a otro, con el alma, el corazón y el cuerpo, desde el amor, el conocimiento y la comprensión. PSI INTEGRAL Formación y Prestación de Servicios Especializados en Salud y Psicología.
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