En perfil.com se publicó un noticia alarmante. Podría haber ido con letra catástrofe si esto sucediera en nuestro país, pero no, las terribles cifras del aumento del consumo de drogas en adultos y ancianos pertenecen a los Estado Unidos.
La información era contundente: “El consumo de drogas, sobre todo marihuana y cocaína, por parte de adolescentes entre 12 a 17 años en los Estados Unidos bajó en 2005, pero que sus padres y abuelos se drogan más que antes. En 2002 y 2005, la cantidad de cincuentenarios que recurrían a psicotrópicos y alucinógenos pasó de 2,7% a 4,4%, un alza de 63% , según la encuesta de una agencia del Departamento de Salud, la SAMHSA. En tanto, entre los 12 y 17 años el uso de drogas se desaceleró a 9,9%”.
Parece que en el país del Norte funciona a la perfección el dicho “has lo que yo digo pero no lo que yo hago”.
Es probable que los padres y abuelos “drogones”, ex baby boombers, ex hippies pacifistas, y en muchos casos hoy directores de empresas multinacionales no pudieron dejar atrás sus adicciones y deben seguir estimulándose con sustancias ilegales para sobrevivir entre otras a la angustia que los somete la amenaza terrorista.
