El jubileo de platino de la Reina Isabel II no fue un evento muy grato para el primer ministro británico, Boris Johnson, puesto que fue abucheado por los ciudadanos del Reino Unido al momento de llegar a St Paul´s en medio del escándalo por el “Partygate”.
Boris Johnson llegó este viernes 3 de junio a las puertas de la icónica catedral de Londres junto con su esposa, Carrie, mientras una multitud celebraba los 70 años de la monarca en el trono. Sin embargo, los 15 segundos que tardó el primer ministro en descender del auto y subir las escalinatas fueron incómodos para él y su pareja, algo que quedó registrado en video.
Pese a que en su mayoría se escucharon silbidos y abucheos, algunos de los presentes comenzaron a aplaudir y vitorear a favor del líder del Partido Conservador británico.
De acuerdo con la información del medio británico The Guardian, la multitud permaneció en silencio cuando arribó el referente del Partido Laborista, Keir Starmer, principal opositor de Johnson.
En el segundo día de jubileo de la Reina Isabel II, todos los líderes políticos, funcionarios y antiguos primeros ministros se reunieron en St Paul´s para homenajear a la monarca con un servicio de acción de gracias. Esta ceremonia no contó con la presencia de la homenajeada, ya que la reina, de 96 años, sufrió unas molestias que le impidieron participar.
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La crisis que enfrenta Johnson y los rumores de renuncia
El primer ministro británico se encuentra en un momento complejo de su gestión luego de que se conociesen las fiestas que realizaba durante la pandemia y mientras regían estrictas medidas de cierre y confinamiento en Reino Unido.
El famoso Partygate no solo lo involucran a él sino a grandes figuras de su Gobierno. De igual forma, el caso se volvió tan emblemático porque es la primera vez que se descubre que un líder británico infringió la ley durante su gestión.
En consecuencia, los mismos miembros del Partido Conservador exigieron la renuncia de Johnson luego de que se descubrieran las fiestas que se extendían hasta las cuatro de la madrugada y terminaban con vinos en las paredes de Downing Street.
Frente a esta situación, el líder conservador descartó presentar la dimisión y consideró que sería “irresponsable” de su parte abandonar el cargo en plena guerra en Europa.
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Sobre la investigación por el Partygate, Johnson indicó: “No voy a negar que ha sido una experiencia miserable para la gente en el Gobierno, pero tenemos que aprender de los errores y seguir avanzando”.
El referente tory había expresado que se sintió “sorprendido” al recibir la multa de 118 euros por haber realizado la fiesta, ya que indicó que siempre consideró a la celebración como un “evento de trabajo”.
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