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Desde Damasco
El régimen de Bashar Al Assad aceptó ayer participar en la conferencia internacional sobre Siria prevista en junio próximo en Ginebra, Suiza. “Damasco expresó su disponibilidad en principio de participar en la conferencia internacional para que los sirios encuentren por sí solos un camino político hacia la solución de la crisis”, anunció ayer el vocero de la cancillería rusa, Alexander Lukashevich.
Estados Unidos y Rusia propusieron una conferencia sobre Siria en Ginebra, a la que adhirió Al Assad pero aún no los grupos rebeldes. Rusia espera que la oposición siria participe sin precondiciones y consideró “poco alentadora” la postura de ese sector, que insiste en la renuncia del dictador sirio para iniciar las negociaciones. Además, los miembros de la Coalición Nacional de Oposición Siria reunidos desde el miércoles en Estambul se manifestaron contrarios a la presencia de ex representantes del régimen en el futuro gobierno.
Moscú, en cambio, está a favor de un gobierno de coalición que represente a todas las partes del conflicto. El canciller ruso Serguei Lavrov se reunirá el lunes en París en forma privada con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para abordar la crisis siria.
En una entrevista reciente con la agencia argentina Télam, Al Assad dijo que se mantendría en el poder hasta las elecciones del año próximo. Sin embargo, los combates continuaban ayer en Siria y El Líbano, donde murieron al menos 23 personas y 197 resultaron heridas tras cinco días de enfrentamientos en Trípoli entre partidarios y opositores del jefe de Estado sirio. Más de 94 mil personas murieron desde que se inició la guerra civil hace casi dos años, tras las revueltas de la Primavera Arabe en otros países de Africa y Medio Oriente.
La conferencia internacional, llamada “Ginebra II”, busca una salida política a la crisis que desangra a Siria. Los socios occidentales y árabes de la oposición presionaron a los rebeldes para que participen en la nueva mesa de diálogo. Sin embargo, muchos miembros de la Coalición expresaron sus reservas ante esa iniciativa. “Para tomar una decisión política final sólida sobre una participación necesitamos más detalles”, afirmó uno de los voceros rebeldes.
