Arranca la sesión de la Asamblea Popular de China, que votará la re-re de Xi Jinping

La Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China, comienza hoy una reunión anual en la que aprobará una serie de reestructuraciones institucionales con vistas a conceder al Partido Comunista un control todavía más directo sobre ciertos sectores como la economía o la cultura y para otorgar al presidente Xi Jinping un inédito tercer mandato de cinco años al frente del país. 

Pese a los problemas que enfrentó su gestión en los últimos meses en torno a la controvertida política de covid cero, nadie duda que Xi logrará su nuevo mandato luego de que en octubre fuera confirmado como líder del Partido Comunista y de las Fuerzas Armadas, las dos posiciones de poder más importantes en la política china. 

Además de revisar una serie de informes, entre ellos una valoración sobre la labor del gobierno, los diputados del Parlamento chino deliberarán sobre un proyecto de enmienda a la Ley de Legislación y la mencionada iniciativa sobre la reforma de las instituciones del Consejo de Estado, explicó  el portavoz de la sesión, Wang Chao, en rueda de prensa recogida por la agencia oficial de noticias china Xinhua.

En el ámbito puramente económico, según informan al Wall Street Journal fuentes próximas a la iniciativa, el Parlamento aprobará un nuevo equipo encargado específicamente de confeccionar políticas para acelerar el crecimiento de la segunda economía más grande del mundo.

Concretamente, este equipo intentará apaciguar las preocupaciones entre los líderes empresariales sobre el apoyo del gobierno al mercado inmobiliario y el declive observado en la industria tecnológica, acentuado por una represión regulatoria. La sesión concluirá el próximo 13 de marzo, de acuerdo con el portavoz.

Defensa. Uno de los temas que más atraen la atención de las deliberaciones es el del presupuesto de Defensa, cuyos aumentos sistemáticos en los últimos años han sido “apropiados y razonables” hasta ahora, para enfrentar “complejos desafíos de seguridad”, dijo el portavoz del Parlamento, Wang Chao. 

Wang Chao no dio ninguna indicación de si la tasa de aumento que se anunciará hoy en la apertura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional estará por encima o por debajo del 7,1% del año pasado, pero dijo que el presupuesto de defensa se ha mantenido estable como porcentaje del PIB y que la modernización militar de China “no será una amenaza para ningún país”.

“Por el contrario, solo será una fuerza positiva para salvaguardar la estabilidad regional y la paz mundial”, dijo Wang.

“El aumento del gasto en defensa es necesario para enfrentar los complejos desafíos de seguridad y para que China cumpla con sus responsabilidades como país importante”, dijo. “El gasto en defensa de China es más bajo que el promedio mundial y el aumento es apropiado y razonable”, dijo Wang.

China gastó el 1,7% del PIB en su ejército en 2021, según el Banco Mundial, mientras que Estados Unidos, con enormes obligaciones en el extranjero, gastó un 3,5% más. 

China presupuestó 1,45 billones de yuanes (entonces 229 mil millones de dólares) para el año pasado, aproximadamente el doble de la cifra de 2013. Los aumentos anuales constantes durante más de dos décadas han permitido que el Ejército Popular de Liberación de dos millones de miembros aumente sus capacidades en todas las categorías.

Junto con el ejército permanente más grande del mundo, China tiene la armada más grande del mundo y recientemente lanzó su tercer portaaviones. Cuenta con una enorme reserva de misiles, junto con aviones furtivos, bombarderos capaces de transportar armas nucleares, naves de superficie avanzadas y submarinos de propulsión nuclear.

China ya ha establecido una base militar extranjera en Djibouti, nación del Cuerno de África, y está renovando la Base Naval Ream de Camboya, que podría darle al menos una presencia semipermanente en el Golfo de Tailandia, frente al disputado Mar de China Meridional.

El esfuerzo de modernización ha generado preocupación en Estados Unidos y sus aliados, particularmente sobre Taiwán, la isla democrática autónoma que China reclama como su territorio para ser puesta bajo su control por la fuerza si es necesario.

Eso ha provocado un flujo constante de ventas de armas a la isla, incluidos sistemas terrestres, misiles de defensa aérea y cazas F-16. Taiwán extendió recientemente el servicio militar obligatorio de cuatro meses a un año y ha estado revitalizando sus propias industrias de defensa, incluida la construcción de submarinos por primera vez.

Aunque ya no aumenta a las tasas porcentuales anuales de dos dígitos de las últimas décadas, el gasto en defensa de China se ha mantenido relativamente alto a pesar de los niveles vertiginosos de deuda pública y una economía que creció el año pasado a su segundo nivel más bajo en al menos cuatro décadas.

El gobierno dice que la mayoría de los aumentos de gastos se destinarán a mejorar el bienestar de las tropas. Los observadores dicen que el presupuesto omite gran parte del gasto de China en armamento, la mayor parte del cual se desarrolla a nivel nacional después de años de importaciones a gran escala de Rusia.

La enorme capacidad de China y los gastos masivos de Rusia en proyectiles de artillería y otro material en su guerra contra Ucrania han generado preocupaciones en Estados Unidos y la Unión Europea de que Beijing pueda proporcionar asistencia militar a Moscú.

Hablando en la reunión del G20 en India el viernes, el secretario de Estado Antony Blinken dijo que si China se involucrara en “un apoyo material y letal para la agresión de Rusia o se involucrara en la evasión sistemática de sanciones para ayudar a Rusia, eso sería un grave problema para nuestros países”.

“Todavía no lo hemos visto hacer eso, pero lo hemos visto considerando esa propuesta y dejé claro que habría consecuencias por participar en esas acciones”, dijo Blinken.

China ha estado llevando a cabo lo que llama comercio normal con Rusia, incluido un aumento de tres veces en las importaciones de carbón a través de un solo cruce fronterizo, según los medios chinos, que se considera que proporciona a Moscú un salvavidas económico parcial junto con otros países como India.

El mes pasado, Beijing emitió una propuesta que pedía un alto el fuego y conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia, pero también dijo que tiene una “amistad sin límites” con Rusia y se negó a criticar la invasión de Moscú, o incluso a llamarla invasión. Acusó a Estados Unidos y la OTAN de provocar el conflicto y condenó las sanciones impuestas contra Rusia y las entidades que se considera que ayudan en su esfuerzo militar.

Asesores. Ayer comenzó, por su parte, la sesión anual del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el máximo órgano asesor político del país, que probablemente concluirá con la designación de un nuevo máximo responsable.

De acuerdo a la información oficial, los miembros del CCPPCh conforman 34 grupos y pertenecen a los 56 grupos étnicos de China, y el 60,8% de ellos no son miembros del Partido Comunista de China (PCCh). 

Al presentar la reunión, el portavoz Guo Weimin dijo que China necesita consolidar los cimientos del desarrollo de la economía digital e impulsar la integración de la economía digital y la manufactura.

“La economía digital juega un papel cada vez más importante en el desarrollo económico nacional y en la vida cotidiana de las personas”, detalló el portavoz.