Liliana del Carmen Campos Puello era definida como la "Reina de la noche", "La Ronca", "Vara de Caballo", la "Cuchy Barbie" o simplemente "Madame". Esta colombiana comandaba un verdadero ejército de menores de edad y jóvenes destinadas a la prostitución en Cartagena de Indias. En sus manos el dinero fluia incesantemente. Ahora cayó después de la Operación "Vesta I", realizada entre la Fiscalía, la Policía Nacional y el departamento de Migración de Colombia.
De acuerdo con la información ofrecida por las autoridades colombiana, Campos Puello proporcionaba, a través de una "agencia de modelos", a decenas de jóvenes que mantenían relaciones sexuales con millonarios, empresarios o financistas extranjeros, que llegaban a pagar entre 2 y 3 millones de pesos colombianos. "Eso costaba la noche con la joven que esta mujer inducía a la prostitución. De esos tres millones, dos eran para la Madame, y uno para la joven. Los hombres se encontraban con las jóvenes en la Torre del Reloj, sitio emblemático de Cartagena y de ahí iban para un hostal cercano", dijo uno de los investigadores del caso.
En Cartagena se realizaron 13 allanamientos, seguimiento a cinco centros hoteleros de la ciudad y siete registros de Policía con medidas cautelares, y en tres días detuvieron a 18 "cabecillas de proxenetismo y depredadores sexuales nacionales y extranjeros" que trabajaban o contrataban los servicios de la agencia de Madame. Los investigadores aseguraron que se cuenta alrededor de 250 jóvenes que eran explotadas sexualmente por esta red.
Las niñas y jóvenes eran captadas en sitos turísticos del centro histórico de Cartagena, como la Torre del Reloj y la Plaza de los Coches. Una vez reclutadas les definían rutinas y horarios, y las obligaban a ejercer la prostitución, informó el diario "El Heraldo" de Colombia. La explotadora contactaba a niñas y adolescentes en Cartagena, les hacía ofrecimientos laborales en el extranjero, las ayudaba con los trámites para obtener el pasaporte y otros requisitos y, al momento de viajar, les daba un dinero para la manutención de los primeros días. Una vez que las víctimas llegaban al país, se encontraban con "una realidad muy distinta": las despojaban de sus documentos, las encerraban y las explotaban sexualmente.
También se detectó un tránsito de mujeres colombianas hacia Bahamas con destino a varias ciudades estadounidenses, que viajaban para participar en "fiestas sexuales" contra su voluntad. "Eran verdaderas esclavas del siglo XXI", se lee en el comunicado oficial de los investigadores, que afirman la mayoría de las víctimas eran migrantes venezolanas en situación "de vulnerabilidad". Las niñas y adolescentes, que eran presentadas a los clientes a través de catálogos, ahora están siendo atendidas por las autoridades para el restablecimiento de sus derechos vulnerados.
El caso tomó notoriedad pública no sólo por la cantidad de víctimas niñas y adolescentes y la magnitud de la red, sino también porque hubo funcionarios públicos involucrados, entre ellos miembros de la Policía Nacional, que eran sobornados "para abstenerse de cumplir con su deber y no capturar a los turistas que pagaban por servicios sexuales".
La investigación apunta también a un capitán de Infantería de Marina de la Armada Nacional colombiana, contra quien "hay abundante material probatorio que lo señala de ubicar por redes sociales niñas menores de 14 años, abusar de ellas, comprar su silencio y ordenarles que se tatuaran su nombre en partes del cuerpo", según el diario "Semana".
"Madame", que tiene antecedentes penales por tráfico de heroína y permanencia e ingreso irregular a Estados Unidos, fue una de las principales detenidas, acusada de ser la mayor proxeneta de la ciudad de Cartagena y la encargada de manejar un corredor sexual en la zona de las playas. Además, "contaría con una capacidad logística y contactos a nivel internacional para realizar eventos que demandan servicios sexuales de varias mujeres" en hoteles de lujo, yates, discotecas y otros lugares frecuenados por turistas adinerados, informó la Fiscalía General.