Tras el bombardeo a un hospital en Gaza, que dejó al menos 500 muertos, los médicos del centro de salud debieron continuar con su trabajo con suministros reducidos, practicando cirugías, algunas sin anestesia, en el piso del centro de salud destruido, en un intento desesperado de socorrer a los heridos como consecuencia de la explosión.
El ataque del martes por la noche contra el hospital de Al Ahli tuvo consecuencias devastadoras, ya que cientos de palestinos se habían refugiado en este y otros hospitales de Gaza con el objetivo de resguardarse del bombardeo de Israel, cuyas autoridades ya habían ordenado evacuar el sur del territorio.
En las imágenes que se difundieron tras el bombardeo se podían ver escenas estremecedoras: cadáveres recostados en los alrededores del centro atacado, rodeados de mantas, mochilas y algunas de sus pertenencias, el edificio envuelto en llamas y, ya en la mañana del miércoles, autos calcinados y los restos de la estructura afectada.
El ataque al centro de salud dejó alrededor de 350 víctimas que debieron ser trasladadas al hospital principal de la ciudad, Al Shifa, el cual ya se encontraba sobrepasado por los heridos víctimas de otros ataques, según precisó su director Mohammed Abu Selmia, por lo que el bombardeo al centro de salud lo dejó al borde del colapso.
"Necesitamos equipos, medicinas, camas, anestesia, lo necesitamos todo", manifestó Abu Selmia y advirtió que en pocas horas se les agotaría el combustible que alimenta los generadores del hospital, lo que los obligaría a suspender la totalidad de operaciones del centro de salud a menos que llegaran suministros sanitarios a la Franja de Gaza.
Según precisó el vocero del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf al-Qidra, las víctimas del bombardeo resultaron con heridas espeluznantes, algunos destripados o con miembros faltantes, condiciones desesperantes que llevaron a los médicos a operar en el suelo y los pasillos, en muchos casos sin anestesia.
Un cirujano plástico que trabajaba en Al Ahli, identificado como Ghassan Abu-Sitteh, realizó una publicación en Facebook y relató que en aquel momento el hospital se encontraba repleto de personas desplazadas que buscaban asilo y protección de los ataques aéreos israelíes.
"Al igual que en todos los hospitales, estaba lleno de familias que buscaban refugio. Alrededor de las 5:30, tras discutir con mis colegas, me dije que dormiría allí para poder seguir operando. Mientras estaba con un caso escuché el sonido de dos misiles y luego una explosión. El techo del quirófano cayó", narró el médico.
Luego amplió su relato: "Mientras caminaba hacia la entrada, vi que el hospital estaba en llamas. Los heridos empezaron a cojear hacia nosotros. Corrí a la sala de emergencias y vi cientos de muertos y heridos de gravedad. Puse un torniquete en el muslo de un hombre al que le habían volado la pierna y después fui a atender a un hombre con una herida penetrante en el cuello".
A través de otro video difundido en redes sociales, se puede ver a un médico de emergencias palestino en los alrededores del hospital Al-Alhi, en el centro de Gaza, asegurando que el ataque se trató de un "genocidio" y pidiendo "detener la masacre".
"Recibimos una alerta desde el Hospital Al-Alhi en el centro de Gaza. Entramos y vimos una masacre, un genocidio de las personas que estaban ahí. Nadie salió herido, todos fueron asesinados", lamentó el profesional de la salud, quien indicó que las víctimas "solo estaban durmiendo debajo de los árboles, sin camas ni refugios".
Al respecto, concluyó: "No pudimos contarlos porque muchos de los cuerpos estaban en partes. Mínimo un 30% o 40% eran niños. Este genocidio debe detenerse. Para los líderes del mundo, deben detener esta masacre contra los ciudadanos de Gaza. Deben detener el genocidio en Gaza".
AS./fl
