Por segunda vez Sebastián Piñera asume este domingo la presidencia de Chile, una gestión que empieza con la promesa de acelerar la economía y el reto de administrar el legado de reformas de la socialista Michelle Bachelet. Tal y como hace ocho años, cuando puso fin a varias décadas de hegemonía de gobiernos de izquierda, Piñera recibirá la banda presidencial de la misma Bachelet, quien le lega un paquete de reformas sociales, algunas aprobadas y otras aún en trámite, con las que intentó borrar los cimientos instalados por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Pero si la ceremonia tiene los mismos protagonistas, Piñera reconoce que ha cambiado y dice estar lejos de aquel que hace ocho años prometía "una nueva forma de gobernar", jactándose de que en sus primeros 20 días de gobierno había hecho más que en las últimas dos décadas: hoy muestra un carácter más templado. "Siento que ahora tengo más experiencia, madurez, más sentido de la importancia de unir a los chilenos. Más humildad para escuchar, con los ojos y los oídos más atentos", reconoció el mandatario electo, de 68 años. El presidente argentino Mauricio Macri viajará a la ceremonia de investidura, en tanto que en el nuevo gabinete que acompañará al mandatario conservador algunos funcionarios serán los de la gestión anterior, como el ministro del Interior Andrés Chadwick y el de Hacienda, Felipe Larraín. Bachelet deja como saldo avances en la gratuidad de la educación, mejoras en el sistema electoral, la despenalización del aborto, la unión civil de parejas homosexuales y una ambiciosa reforma tributaria.
También este domingo, en tanto, en Colombia habrá elecciones legislativas, en un comicio en el que la derecha tiene mayoría en los sondeos y apunta a quedarse con la mayoría parlamentaria. Los comicios contarán por primera vez en las urnas con la participación democrática de las FARC, luego de los acuerdos de paz que alejaron a la guerrilla de la lucha armada. "Nunca antes, en los últimos 50 años, los colombianos hemos ido a las urnas sin la amenaza de los grupos rebeldes", dijo el presidente Juan Manuel Santos, impulsor de los acuerdos de paz. Sin chance en las encuestas, el que fuera el grupo rebelde más poderoso de América abandonó esta semana la carrera por la presidencia a raíz de una delicada enfermedad coronaria de su líder, el médico Rodrigo Londoño, conocido por el alias de "Timochenko".