El poderoso sultán Hassanal Bolkiah de Brunei extendió una moratoria a la pena de muerte de una nueva legislación que prohíbe el sexo homosexual, buscando aplacar el rechazo internacional queencabezaron figuras del espectáculo como George Clooney y Elton John, del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y las advertencias del gobierno británico. Este pequeño país del sudeste asiático, donde las drogas y el alcohol están prohibidos bajo penas de cárcel, provocó protestas cuando anunció una interpretación de las leyes islámicas, la “sharia”, el pasado 3 de abril, que castigaban la homosexualidad, el adulterio y la violación con la muerte por lapidación.
En una rara respuesta a las críticas contra el estado rico en petróleo, el sultán, no acostumbrado a dar su brazo a torcer, dijo que la pena de muerte no se impondría en la implementación de la Orden del Código Penal. Algunos crímenes como el asesinato o el narcotráfico ya tienen pena de muerte en Brunei, pero no hubo una ejecución desde 1957. “Soy consciente de que hay muchas preguntas y percepciones erróneas respecto de la implementación de la Orden. Sin embargo, creemos que una vez que se hayan aclarado, el mérito de la ley será evidente”, dijo el sultán en un discurso antes del comienzo del mes sagrado islámico del Ramadán.
La implementación de la ley, que fue condenada por Naciones Unidas, llevó a estrellas del espectáculo y grupos de derechos humanos a promover un boicot a hoteles de propiedad del sultán, incluidos el hotel Dorchester en Londres y el Beverley Hills en Los Ángeles. Días atrás, varios cientos de personas se manifestaron delante del hotel londinense, propiedad del sultán, encabezados por el activista de derechos humanos Peter Tatchell.
Tatchell dijo que si Brunei no revoca la ley, el gobierno británico, que tiene una guarnición militar allí, tendrá que cortar vínculos con su antiguo protectorado. "Si el sultán no quiere atender a razones ni a la compasión, creemos que el gobierno británico tendría que cortar todos los vínculos diplomáticos, económicos y militares con el régimen", dijo durante la protesta.
En tanto, el gobierno británico describió el jueves el nuevo código, que también ordena la amputación de una mano o un pie por robo, como un "paso atrás" para Brunei. Sin embargo, Londres resistió los llamamientos a responder más enérgicamente, considerando por ejemplo la expulsión de Bruneii de la Commonwealth, el bloque de las antiguas colonias británicas. "Más que plantear amenazas (...), una vía más positiva es mantenerlos cerca, reconocer que existen algunos vínculos fuertes", dijo Mark Fields, secretario de Estado de Relaciones Exteriores, en la Cámara de los comunes.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por su parte, criticó las leyes considerando que son una clara violación a los derechos humanos. Guterres cree “que los derechos humanos deben ser respetado en las relaciones de todas las personas, en todos lados sin ningún tipo de discriminación", dijo el vocero de la ONU Stephane Dujarric. "La legislación aprobada viola claramente los principios expresados". El jefe de la ONU "se opone claramente a cualquier forma de castigo cruel", dijo Dujarric, y defiende con fuerza "la protección de los derechos humanos de todas las personas para que puedan estar con quienes quieran y amar a quien deseen".
¿Qué es la "sharía"?
La sharía o ley islámica, en la que se basa el nuevo código penal de Brunei, está en vigor en varios países con población mayoritariamente musulmana. Forma parte de la fe surgida del Corán y los hadices, los dichos y acciones del profeta Mahoma, y su aplicación en la actualidad es objeto de disputa entre musulmanes conservadores y liberales, aunque algunos aspectos son ampliamente aceptados, como su aplicación al sistema bancario.
Los "hudud" son los castigos más duros, reservados para pecados como el adulterio, la violación, la homosexualidad el robo y el asesinato. Estos castigos raramente se llevan a cabo, ya que muchas ofensas deben quedar probadas por confesión o atestiguadas por varios hombres musulmanes adultos. Según esta ley, la homosexualidad no solo es ilegal, sino también castigable con la ejecución, aunque la pena real suele quedar limitada a una paliza o la cárcel. La decapitación y amputaciones con espada solían celebrarse los viernes. En casos extremos, como abusos a menores, el condenado era crucificado tras la ejecución.
D.S