“Intentaron entrometerse y se entrometieron”. Así, taxativamente, Barack Obama se refirió a lo que desde los servicios de inteligencia norteamericanos se venía informando. Lo hizo en un reportaje que se conocerá completo hoy para la cadena de televisión ABC. Además de reconocer el hecho que podría ser el germen de una controversia internacional, abrió una nueva –e inédita– grieta más en la política estadounidense: por primera vez demócratas y republicanos tienen una mirada distinta (opuesta) en materia de Rusia y, especialmente, de su líder: “Vladimir Putin no está en nuestro equipo”, dijo Obama, en un mensaje que es tanto para el presidente ruso, como también para el electo Donald Trump, que, a su vez, aprovechó la oportunidad para hablar de la “vergüenza demócrata”.
Ataque sí, resultados no. Donald Trump respondió inmediatamente. Reiteró hoy que no hay “evidencias” de que los ciberataques que sufrió el más reciente proceso electoral del país hayan afectado el resultado de los comicios presidenciales de noviembre.
“La única razón por la que hablamos del pobremente protegido Comité Nacional Demócrata es porque su derrota fue tan grande que están totalmente avergonzados”, publicó ayer. “¡No se tocó a las máquinas de votación!”, agregó Trump, reiterando lo mismo que dijo el viernes en un comunicado oficial comentando los resultados de la reunión con los servicios de inteligencia.
Incluso, el presidente electo fue más allá. Considera que con él en la Casa Blanca, Rusia respetará mucho más a los Estados Unidos. Nuevamente fue a través de Twitter como decidió comunicarse: “Tener una buena relación con Rusia es algo bueno, no malo. ¡Sólo gente ‘estúpida’, o los tontos, podrían pensar que es malo!”, tuiteó el presidente electo, que llegará a la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
Señaló que Estados Unidos y Rusia podrían colaborar “para resolver algunos de los grandes y urgentes problemas” que afectan al mundo.
El presidente electo ha sido criticado por sus rivales demócratas por los elogios que periódicamente ha dirigido a Putin, lo que ha despertado suspicacias sobre el papel que pudo tener Rusia en el resultado de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
Clara preferencia. El informe de los servicios de inteligencia describe cómo fue la operación para influenciar al electorado estadounidense: ciberataques y wikileaks, con el fin de desprestigiar a la figura de Hillary Clinton: Washington desclasificó el documento en el que la NSA, la CIA y el FBI analizaron la actuación de Moscú a favor de Trump y señala a medios como RT o Sputnik.
El informe aclara que “la actuación no estuvo directamente relacionada con el conteo de votos”.
El FBI y la CIA consideran “alta” la incidencia que ha tenido el Kremlin en la campaña electoral. Además, argumentan que tenía como fin desprestigiar a Hillary Clinton para ayudar a Donald Trump, mediante comparaciones en las que el magnate saliese claramente favorecido. Sin embargo, la NSA considera que la fiabilidad de estas informaciones es “moderada”.
Además de la injerencia cibernética, el informe denuncia la “propaganda” rusa, incluyendo “trolls” remunerados en redes sociales, para socavar la confianza en el gobierno estadounidense. También consagra no menos de siete páginas a la cadena del Estado ruso Russia Today y su cobertura “constantemente negativa” de Clinton. Por primera vez después de la Guerra Fría, Estados Unidos está dividido sobre Rusia.