afp/ansa desde El Vaticano
El papa Francisco envió ayer un inequívoco mensaje a la prensa. “Tiene que ser un servicio a la verdad, a la bondad y a la belleza. Hay que evitar conceptos tan dañinos como la desinformación y la calumnia, y mantener un alto nivel ético”, recomendó durante una audiencia en el Vaticano con trabajadores de la Radio Televisión Italiana (RAI).
El Pontífice, quien ha confesado en más de una oportunidad que no se siente cómodo con los medios de comunicación, participó en la celebración del 90º aniversario de la primera emisión radiofónica y del 60º aniversario de la primera emisión televisiva de la RAI.
En el aula Pablo VI, abarrotada de gente, Jorge Bergoglio saludó a los trabajadores del ente audiovisual, besó a los niños y agradeció a los presentes por “ser tan numerosos”. Luego del discurso de la presidenta de la RAI, Anna Maria Tarantola, el Papa destacó la “preciosa colaboración” entre el medio de comunicación italiano y los de la Santa Sede, Radio Vaticana y el Centro Televisivo Vaticano (CTV).
“La palabra clave que me gustaría resaltar es ‘colaboración’, gracias a la cual el pueblo italiano siempre ha podido acceder a las palabras y a las imágenes del Papa y a los eventos de la Iglesia”, subrayó. Ante los dirigentes de la RAI y sus trabajadores, recordó la “responsabilidad obligatoria para los titulares del servicio público” y les aseguró que su esfuerzo “más que informativo, es formativo”.
“La cualidad ética de la comunicación es fruto, en definitiva, de una conciencia atenta, no superficial, siempre respetuosa de las personas, ya sean protagonistas de la información o los consumidores de la misma. Por eso (los periodistas) están llamados a aportar un alto nivel ético a la comunicación”, continuó Francisco.
Bergoglio, quien tiene ascendencia italiana, rememoró los años dorados de la RAI, en los 50 y 60. “En esos decenios, la RAI cubre con sus transmisiones todo el país. Además, la empresa de Estado se empeña en la formación de los propios dirigentes también en el exterior. Por último aumenta las producciones, entre las cuales también se encuentran las de carácter religioso”. Puso como ejemplo el film Francesco (1966), de Liliana Cavani, y Actas de los apóstoles (1969), de Roberto Rossellini, con la colaboración del padre Carlo Maria Martini.
Francisco suele aprovechar encuentros puntuales para manifestar ideas generales que luego rebotan como consejos o recomendaciones a la comunidad de fieles. Por esa razón, las palabras a los periodistas de la RAI –quienes suelen tener información privilegiada de las intrigas en el Vaticano– se interpretaron como un mensaje a la prensa en su totalidad.