Las tensiones sobre Ucrania se han agudizado en los últimos meses, debido a las acusaciones de los países occidentales de que Moscú prepara una invasión.
Ucrania y Rusia están enfrentados desde que el gobierno ruso anexó la península de Crimea en 2014. Los vínculos empeoraron con el conflicto en el este de Ucrania, que ha dejado más de 13.000 muertos hasta el momento y donde Rusia está acusada de apoyar a los separatistas, algo que el Kremlin niega.
Movimiento de tropas. El 10 de noviembre, Estados Unidos pide explicaciones a Rusia tras detectar movimientos “inhabituales” de tropas en la frontera con Ucrania. En abril, Moscú ya había concentrado unos 100.000 militares en la frontera, alimentando los primeros temores de invasión.
El presidente ruso, Vladimir Putin, acusa a los occidentales de exacerbar las tensiones entregando armamento moderno a Ucrania y realizando “ejercicios militares provocadores” en el mar Negro y cerca de sus fronteras.
Temor a una ofensiva. El 28 de noviembre, Ucrania afirma que Rusia tiene apostados cerca de 92.000 soldados en sus fronteras, listos para una ofensiva hacia finales de enero o principios de febrero.
Moscú niega esas acusaciones del gobireno de Kiev y el 1º de diciembre acusa a Ucrania de desplazar tropas hacia el este del país.
Cumbre virtual Biden-Putin. El 7 de diciembre, el presidente estadounidense Joe Biden amenaza a Putin de “graves sanciones” económicas si invade Ucrania, en una cumbre bilateral virtual.
El presidente ruso exige “garantías jurídicas seguras” de que Ucrania no va a unirse a la OTAN.
El 17, Moscú presenta dos borradores de tratados para prohibir cualquier ampliación de la OTAN y el establecimiento de bases militares estadounidenses en países de la antigua órbita soviética.
Washington se dice dispuesto a lanzar un “diálogo diplomático” con Putin pero juzga “inadmisibles” algunas de sus exigencias.
El 28 de diciembre, Moscú y Washington acuerdan una negociación sobre la seguridad en Europa.
Semana diplomática. El 10 de enero de 2022, rusos y estadounidenses inician unas tensas negociaciones en Ginebra, primera etapa de una intensa semana diplomática.
El 12, la OTAN y Rusia constatan sus profundas “divergencias sobre la seguridad en Europa, al final de un consejo bilateral en Bruselas.
Ciberataque masivo en Ucrania.El 14 de enero, varios portales gubernamentales ucranianos son blanco de un ciberataque masivo. Las autoridades afirman tener “pruebas” de la implicación de Rusia.
El mismo día, Washington acusa a Moscú de haber enviado a Ucrania de operaciones de “sabotaje” con el fin de crear un “pretexto” para una invasión, lo que el Kremlin califica de afirmaciones “gratuitas”.
Tropas rusas en Bielorrusia. El 18 de enero, Rusia comienza a desplegar soldados en Bielorrusia para ejercicios “improvisados” de preparación de combate en las fronteras de la UE y de Ucrania.
Washington, preocupado por el posible despliegue de armas nucleares rusas en Bielorrusia, alerta que Moscú puede atacar Ucrania “en cualquier momento”.
Blinken en Ucrania. El miércoles 19, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llama a Putin a elegir la “vía pacífica” durante una visita llega a Kiev para mostrar su apoyo a Ucrania, en el inicio de una gira europea.
Washington anuncia una ayuda de 200 millones de dólares adicionales en materia de seguridad para Ucrania.
El gobierno ucraniano asegura que no ha previsto ninguna ofensiva contra los separatistas prorrusos.
Biden espera una “incursión”. Ese 19 de enero, Biden menciona la posibilidad de una “pequeña incursión” de Rusia en Ucrania.
La Casa Blanca aclara posteriormente estas declaraciones, prometiendo “una respuesta rápida, dura y unida” de Estados Unidos y sus aliados si las fuerzas militares rusas cruzan la frontera con Ucrania.
El 20 de junio, Estados Unidos aprueba las solicitudes de los países bálticos para enviar armas estadounidenses a Ucrania.