Desde París
Salah Abdeslam, único sobreviviente de los terroristas que perpetraron los atentados del 13 de noviembre en París, fue capturado herido, junto con otras cuatro personas, en un impresionante operativo policial realizado ayer por la policía belga en el distrito de Molenbeek, en Bruselas.
Las fuerzas de seguridad de Bélgica y Francia le venían mordiendo los talones desde hace días. El martes se había escapado por los techos durante un allanamiento en Forest, sur de Bruselas.
“Abdeslam fue formalmente identificado”, precisó el presidente francés, François Hollande, en una conferencia de prensa con el primer ministro belga, Charles Michel. Ambos fueron prevenidos sobre el inicio de la operación policial cuando participaban en la sede de la UE en Bruselas, de una cumbre por refugiados.
Herido. Abdeslam, nacido en 1989 en Bruselas, fue herido en una rodilla durante el allanamiento en el número 72 de la calle de Quatre Vents de Molenbeek, distrito considerado un “feudo” islamista en el corazón de Bruselas. Tras rendirse sin oponer resistencia, reconoció su identidad en un breve diálogo con la policía. Está acusado de ser el décimo integrante de los comandos que perpetraron los atentados de París, que provocaron 130 muertos y más de 300 heridos.
Las verificaciones científicas y las huellas digitales tomadas tras el arresto dieron una identificación definitiva.
En el operativo murió un argelino de 36 años, Mohamed Belkaid, que sería un personaje clave de Estado Islámico. Belkaid fue controlado poco antes de los ataques de París en la frontera entre Hungría y Austria cuando viajaba con Abdeslam. Ahora se cree que ambos regresaban de Siria.
En la vivienda en Forest las fuerzas de seguridad hallaron huellas y trazas de ADN de Abdeslam en un vaso, así como elementos que probaban que ese departamento integraba la red logística de EI.
Con esto, las autoridades estrecharon el cerco en torno de Abdeslam, que desde noviembre era considerado el hombre más buscado de Europa. La clave fue una llamada anónima que dio a los investigadores la dirección de su nueva guarida, donde fue detenido.
Luego fue conducido a un hospital y anoche fue inculpado por los delitos cometidos en Bélgica. El lunes, la Justicia francesa reclamará su traslado. No será necesario aplicar los difíciles procedimientos necesarios para una extradición, pues existe un mandato europeo de detención emitido por Francia tras los atentados.
El eslabón débil del grupo
Las autoridades antiterroristas francesas creen que Salah Abdeslam puede ayudar a cubrir los huecos que subsisten en la investigación de los atentados de París.
“El hombre que tuvo miedo de morir”, como lo bautizó la prensa, está vivo porque no quiso inmolarse con su cinturón explosivo después de haber tenido un papel crucial en la logística de los ataques.
Abdeslam usó su tarjeta de crédito para reservar las habitaciones donde se alojó el comando y para alquilar un auto. Incluso su hermano se hizo volar frente a un bar del Boulevard Voltaire. Todos esos indicios permiten suponer que a último momento no tuvo el coraje de inmolarse. Esa versión fue confirmada en parte por dos amigos a quienes llamó esa noche a Bélgica para que lo trasladaran a Bruselas. “Eso muestra que es el eslabón débil del grupo y que eventualmente podría librar mucha información sobre la organización de los atentados y las redes yihadistas”, conjeturó Jacques Di Bona, experto en terrorismo islámico. Di Bona calcula que actualmente hay en Europa unos 800 yihadistas listos para cometer atentados.