Cataluña reclamó hoy con una masiva manifestación en Barcelona la consulta independentista para el 9 de noviembre vetada por el gobierno de Mariano Rajoy. Fortalecida por la encuesta realizada el domingo en Escocia en torno a una posible separación del Reino Unido, se preparó una gran concentración en la capital catalana en forma de V.
Hoy los catalanes celebran la "Diada", día de la patria catalana. La jornada es significativa dado que se cumplen 300 años de la caída de la ciudad de Barcelona ante las tropas franco-españolas del rey Felipe V en el año 1714 en la guerra de Sucesión española, que supuso el fin de la autonomía de la nación catalana.
La manifestación fue convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, las dos principales asociaciones independentistas. El acto empezó a la mítica hora de las 17:14, momento en que los participantes, vestidos con remeras rojas y amarillas, formaron una gran señera (la bandera catalana) en forma de V entre las avenidas de la Diagonal y la Gran Via de les Corts Catalanes, que convergen en la la plaza de les Glòries, donde se situaron 947 urnas, una por cada municipio. La forma de V representa “victoria”, “votar” y “Via Catalana”.
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Protestas. Esta se trata de la tercera manifestación de esta índole. En 2013 se organizó una cadena humana de 400 kilómetros que recorría con una línea paralela a la costa catalana todo el territorio de norte a sur para pedir una consulta sobre la independencia. En 2012, hubo una manifestación masiva en la ciudad de Barcelona que provocó roces importantes entre el Gobierno central y el catalán cuando los medios de comunicación discrepaban en las cifras de los asistentes. Mientras que desde la Delegación del Gobierno de Cataluña situaron la cifra en 600.00 asistentes, la Guardia Urbana de Barcelona y el Departamento de Interior defendieron que la asistencia fue de más de 1 millón y medio de personas.
Este año, con el lema “Llenemos las calles para llenar las urnas” y medio millón más de inscritos que en 2013, se perseguía conseguir la autorización del gobierno español para celebrar un referéndum. "En Escocia ya han ganado porque podrán votar. Y para nosotros es positivo porque demuestra la diferencia de talantes entre el gobierno del Reino Unido y el de España", afirmó Carme Forcadell, presidenta de la ANC.
Rechazo en La Moncloa. Según el presidente de España, Mariano Rajoy, la votación para el 9 de noviembre es anticonstitucional, a diferencia de lo que sucedió en el Reino Unido donde se permitió a Escocia elegir su futuro político. En una reunión en julio el primer mandatario español sentenció que la votación "ni se puede, ni se va a celebrar". Si no se consiguiera un acuerdo entre las partes, el presidente de Cataluña, Artur Mas, defendió una consulta no oficial bajo el amparo de una ley regional con una doble pregunta: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado? ¿Quiere que sea un Estado independiente?". La viabilidad de este proceso dependerá de un recurso de amparo que se presentó en el Tribunal Constitucional.
Con una cultura identitaria y lengua propias, los catalanes están molestos por un sentimiento de maltrato por parte del resto del territorio español, en especial de Madrid que, agravado por los conflictos derivados de la crisis económica, provocó que una parte de la población catalana se volcara hacia el independentismo. Cataluña, con 7,5 millones de habitantes, representa el 20% del Producto Interior Bruto de España, motivo por el cual muchos catalanes defienden que no se le autorice su independencia.
