INTERNACIONAL
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China suscribió un “acuerdo estrat égico” de 25 años con Irán

Beijing suma un aliado más a su desafío a Estados Unidos. Petróleo, inversiones y vacunas, claves del entendimiento con el régimen de Teherán.

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Solemne. El canciller chino Wang Yi con el presidente iraní Hassan Rohuani. Las dos delegaciones definieron ayer los últimos detalles y los dos cancilleres con el texto del acuerdo que deberá ser aprobado ahora por los respectivos parlamentos. | afp

Irán y China firmaron ayer un acuerdo de cooperación estratégica por 25 años, en una nueva movida diplomática de Beijing que se suma a su histórico acercamiento a Rusia en el marco de sus esfuerzos por consolidar una hegemonía global en abierto desafío a Estados Unidos. 

Irán se enfrenta a una crisis económica debido a las sanciones reimpuestas por Estados Unidos en 2018, que se han visto agravadas por la pandemia. Dado que la administración Biden no parece dispuesta a levantar las sanciones a corto plazo, Teherán se ha acercado más a Rusia, con la que ya colabora militarmente en la guerra siria, y ahora a China.

“China siempre se ha opuesto a las demandas excesivas de Estados Unidos y a las sanciones unilaterales, afirmó en Teherán el canciller chino, Wang Yi, que recordó que la “máxima presión” ejercida sobre Irán por Washington desde que Donald Trump abandonó el acuerdo nuclear “es ilegal e inhumana y carece del apoyo internacional”.

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El “pacto de cooperación estratégica de 25 años”, como lo llamó la televisión estatal iraní, y cuyos detalles aún deben revisarse, fue firmado en Teherán por el canciller de Irán, Mohammad Javad Zarif, y su colega chino, Wang Yi.

Según la agencia oficial Irna, los últimos detalles del acuerdo fueron concretados en las últimas horas, en un encuentro entre “Wang, Ali Larijani, consejero del guía supremo Ali Khamenei y el representante especial de la República Islámica para las relaciones estratégicas con China”.

El acuerdo allana el camino para miles de millones de inversiones chinas en Teherán. A cambio, Irán podría ver más cerca su deseo de facilitar petróleo a precios favorables. La cooperación militar también forma parte de los planes.

La génesis de este proyecto se remonta a la visita del presidente chino Xi Jinping a Teherán en enero de 2016. Entonces, él y su homólogo Hasan Rohani decidieron reforzar los lazos entre sus dos países. 

Teherán y Beijing se comprometieron entonces a “llevar a cabo negociaciones para la firma de un acuerdo de cooperación ampliado de 25 años” y a “cooperar y tener inversiones recíprocas en diversos campos, como el transporte, los puertos, la energía, la industria y los servicios”.

Para China, la firma de este acuerdo se inscribe en el amplio proyecto de infraestructuras que el gigante asiático ha lanzado en más de 130 países del mundo.

Desconfianza y tensiones. El acercamiento de Irán con China se produce en un momento de clima de desconfianza de la República Islámica hacia los países occidentales y, al mismo tiempo, de tensiones entre Washington y Beijing.

La denuncia unilateral por Washington en 2018 del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, y la incapacidad de los europeos para ayudar a Teherán a eludir las sanciones norteamericanas restablecidas ese año, han acabado por convencer al gobierno iraní que los países occidentales no son un socio “digno de confianza”, según la expresión de Khamenei.

Mohamad Keshavarzadeh, embajador de Irán en China, recuerda que Beijing es de hecho “el socio comercial de Irán desde hace más de diez años”, pero “la imposición de severas sanciones” por Washington y “las restricciones debidas al coronavirus han reducido considerablemente el comercio entre ambos países””.

Por su parte, el jefe de la cámara de comercio sinoiraní en Teherán, Majid-Réza Hariri,  indicó que los intercambios comerciales entre Irán y China se redujeron a unos “16.000 millones de dólares” en 2020, contra “51.800 millones de dólares” en 2014.

China, que era uno de los principales compradores de petróleo iraní antes de las sanciones, ha reducido oficialmente sus compras de crudo de la República Islámica. Sin embargo, según informaciones de prensa, las importaciones chinas de petróleo iraní nunca se han agotado, e incluso han aumentado recientemente.

El canciller Zarif calificó a China de “amiga de los tiempos difíciles” y agradeció a Wang “sus valiosas posiciones y acciones en estos tiempos de sanciones crueles contra Irán”.

Al recibir al ministro chino, el presidente Hasan Rohani expresó su deseo de que Beijing “siga siendo un socio comercial importante con Irán” y que haya “más cooperación en el ámbito de las empresas conjuntas”.

Rohani, según la agencia Irna, también afirmó que su país stá dispuesto a comprar más vacunas contra el coronavirus a China. “Según los acuerdos alcanzados, China proporcionará a Irán nuevas vacunas, una cuestión que consideramos prioritaria”, dijo el canciller chino, que señaló que los lazos de Beijing con Teherán seguirán siendo “permanentes y estratégicos” y no se verán afectados por la situación política en el mundo.

 

Los chinos se comportan como “matones”, dice el  canciller canadiense

AFP

El canciller canadiense, Marc Garneau, dijo ayer que China se comporta como un “matón” en el patio de la escuela, por lo que Occidente debe mostrarse firme ante su actitud. 

“He conocido a matones en mi vida y sé que los matones pueden cambiar, pero solo cambian si les envías mensajes muy claros”, dijo Garneau poco antes de que Beijing anunciara la prohibición del ingreso a su territorio de un diputado canadiense y de un comité parlamentario de derechos humanos, entre otras personas y organizaciones sancionadas. 

La Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá impusieron el lunes sanciones coordinadas contra líderes comunistas de la región de Xinjiang, donde varios informes acusan a Beijing de mantener a musulmanes uigures en “campos de trabajos forzados”.

Al menos un millón de uigures y personas que pertenecen a otros grupos musulmanes están retenidos en campos de la región de Xinjiang, según grupos de defensa de los derechos humanos, que acusan al gobierno chino de imponerles trabajos forzados y de esterilizar a las mujeres.

China, que niega las acusaciones, respondió de inmediato con sanciones contra figuras europeas y británicas.

Dos miembros de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, el diputado canadiense Michael Chong y una comisión parlamentaria canadiense de derechos humanos tienen a partir de ahora prohibida la entrada en China, Hong Kong y Macao, anunció la cancillería en Beijing. 

Las personas sancionadas no podrán hacer negocios con ningún ciudadano o empresa china. 

Los sancionados “deben parar de manipular políticamente todo lo relacionado con Xinjiang y dejar de insmiscuirse en los asuntos internos de China”, agregó la cancillería. 

Chong, un diputado conservador canadiense, dijo que la sanción china era una “distinción honorífica.“Tenemos el deber de exigir cuentas a China por su represión en Hong Kong y su genocidio de los uigures. Nosotros, que vivimos libremente en democracias, bajo un Estado de derecho, tenemos que ser la voz de los que no tienen”, agregó. 

El canciller canadiense Garneau también saludó que una veintena de países se hayan sumado a Canadá para exigir la liberación de los ciudadanos canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor, detenidos durante más de dos años en China por “espionaje”.

Ottawa considera que se trata de una “detención arbitraria” en represalia por el arresto en Canadá, a pedido de Estados Unidos, de una alta ejecutiva del gigante chino Huawei.