El terremoto que el pasado 12 de mayo sacudió a la provincia china de Sichuan, dejando más de 65 mil muertos y 23 mil desaparecidos, obligó al gobierno del gigante asiático a flexibilizar su política de control de la natalidad.
Una nueva iniciativa del gobierno chino, que beneficiará a los afectados por el terremoto que habitan en Chengdu, Dujiangyan y Pengzhou, permitirá a quienes perdieron un hijo en el sismo tener un segundo hijo sin pagar la multa prevista por la ley, informó el diario El País.
La medida también beneficiará a aquellos cuyo único hijo resultó gravemente herido y a aquellas familias que habían incumplido la ley del hijo único y habían tenido un segundo descendiente considerado “ilegal”.
En estos casos, si alguno de los dos (el primero o el segundo hijo) murió en el sismo, serán eximidos de pagar el monto de dinero que estipula la sanción. La política del hijo único fue adoptada por las autoridades chinas a fines de la década del 70 para intentar controlar el aumento exponencial de la población.
Aunque se aplica a rajatabla en gran parte de China, hay excepciones para las minorías étnicas y los habitantes de muchas zonas rurales cuando el primer nacido es niña. También pueden tener un segundo descendiente aquellas parejas en las que ambos son a su vez hijos únicos.