La operación militar de Israel contra Irán de este jueves y viernes se preparó con varios años de anticipación, e incluyó una estricta planificación y recopilación de inteligencia de las agencias de seguridad.
Se trató de una misión conjunta de la agencia de inteligencia Mossad y las Fuerzas de Defensa de Israel, que contó con infiltración en el país persa, según deslizan los medios israelíes.
De acuerdo a fuentes del ejército israelí, participaron unos 200 aviones en el ataque inicial contra 100 objetivos. Luego se amplió al doble de blancos considerados críticos.
El corazón del operativo fue el ingreso de drones explosivos camuflados al territorio iraní mediante una operación secreta que llevó un largo tiempo.
Los especialistas consideran que esto no hubiese sido posible sin la colaboración de iraníes opositores al régimen religioso que conduce el país, y al desgaste de sus servicios de inteligencia.
Según el diario Haaretz, a esto se agregaron equipos comando del Mossad que actuaron dentro de Irán y desplegaron sistemas de armas guiadas de precisión en zonas abiertas, cerca de los sistemas de misiles.
Fuentes de inteligencia señalaron que el primer paso fue eliminar en sus viviendas o centros de reunión a los líderes militares iraníes y a sus científicos. El Mossad tenía información precisa de dónde se encontraba cada uno.
En forma paralela, cuentan, se activaron los drones, que habían ubicado en lugares claves o en camiones, para destruir las defensas aéreas de Irán. Esto incluyó la destrucción de la red de alerta de radares que utilizan para guiar sus poderosos misiles SAM.
Varios de los drones explosivos apuntaron a los lanzadores de misiles balísticos tierra-tierra, ubicados en la base de Asfaqabad, cerca de Teherán. Representaban una amenaza para las incursiones aéreas y las infraestructuras estratégicas israelíes.
Una vez eliminadas las defensas iraníes, los aviones de combate israelíes comenzaron a destruir las bases de su enemigo. Los objetivos fueron muy variados. En la primera tanda de ataques se buscó eliminar los altos mandos y las principales bases de misiles iraníes para reducir su capacidad de reacción.
Luego, en una segunda oleada de bombardeos se apuntó contra las plantas destinadas a la producción de uranio enriquecido.
Una de las más destacadas por el régimen es la de Natanz, ya que allí es el centro del desarrollo nuclear.
“Una parte exterior de la planta piloto de enriquecimiento de uranio en Natanz, donde Irán producía uranio enriquecido al 60%, ha sido destruida”, confirmó el director general de la OIEA, Rafael Grossi, al Consejo de Seguridad de la ONU.
Irán, en tanto, buscó minimizar los ataques. “Los daños no son importantes”, indicó Behruz Kamalvandi, citado por la agencia oficial IRNA.
“Se limitaron a áreas que no causaron ningún daño urbano en el caso de Fordo (al sur de Teherán). En Isfahán (centro del país), también hubo ataques en varios puntos, que estaban relacionados con almacenes que se incendiaron”, afirmó Kamalvandi, agregando que “no hay motivo de preocupación en términos de contaminación” nuclear.
Cierran la embajada en la Argentina
Ante el conflicto desatado con Irán, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel ordenó ayer el cierre temporal de sus embajadas en todo el mundo, incluyendo la Argentina.
Al mismo tiempo pidió tomar precauciones a las instituciones judías y solicitó a sus ciudadanos en el extranjero que informen su ubicación y estado para facilitar respuestas rápidas ante posibles emergencias.
La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), por su parte, sostuvo que inició un trabajo coordinado con ministerios y fuerzas de seguridad nacionales y locales” para avanzar con un “plan de acción conjunto con medidas preventivas y protocolos a seguir”, en caso de ser necesario “reforzar la protección” en las instituciones de la comunidad a raíz de la guerra entre Israel e Irán.
