La justicia alemana condenó a una antigua secretaria de un campo de exterminio nazi acusada de haber sido cómplice del asesinado de más de diez mil personas en el campo Stutthof a través de las cámaras de gas, inyecciones letales, hambruna y la difusión de enfermedades.
Irmgard Furchner, apodada "la secretaria del mal", fue juzgada por el delito de "asesinato cruel y malicioso" durante su paso por la gestión administrativa del campo establecido en 1939 en la Polonia ocupada. Se trata de una de las pocas mujeres que fueron juzgadas en Alemania por crímenes perpetrados por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.
El juicio, en tanto, cobró especial relevancia en términos simbólicos dado que podría ser el último considerando que muchos de los testigos y sobrevivientes que podrían llevar ante la justicia a los criminales de guerra están muriendo.
El trabajo de la "secretaria del mal"
La mecanógrafa Irmgard Furchner, de 97 años, recibió una sentencia de dos años de prisión en suspenso por el asesinato de prisioneros en el campo de Stutthof entre junio de 1943 y abril de 1945. Ante el jurado, la anciana, cuya identidad permaneció reservada por orden judicial, escuchó el desfile de testimonios que dan cuenta del horror de los nazis.
En aquel entonces, a sus dieciocho años la acusada trabajaba en la oficina del comandante del campo Paul Werner Hoppe. Su trabajo consistía en tomar notas de las órdenes del oficial de las fuerzas especiales nazi SS y llevar su correspondencia mientras ejercía el campo cercano a la actual ciudad de Gdansk.
Tras la liberación del campo, la acusada fue juzgada por un tribunal de menores ya que era una adolescente. Hubo que esperar más de setenta años para que se oficiara un juicio de reparación en su contra. Durante el proceso, varios sobrevivientes del campamento de Stutthof revelaron relatos desgarradores de su sufrimiento.
En tanto, la fiscal del proceso judicial evaluó a los jueces que el trabajo administrativo de la anciana acusada "aseguró el buen funcionamiento del campo" y le otorgó, además, "el conocimiento de todos los sucesos en Stutthof". Asimismo, indicó que "las condiciones que amenazan la vida" como la escasez de alimentos y agua y la propagación de enfermedades mortales, incluido el tifus, se mantuvieron de manera intencionada y resultaron evidentes de inmediato.
Se estima que murieron 65 mil personas en manos de los nazis en el campo Stutthof, incluidos "prisioneros judíos, partisanos polacos y prisioneros de guerra rusos-soviéticos", según pudieron reconstruir los fiscales del juicio comenzado en septiembre del 2021. A esto se suman otros 25 mil que murieron durante la evacuación en las caóticas últimas semanas del Tercer Reich.
Aunque las pésimas condiciones del campo y los trabajos forzados se cobraron la mayoría de las vidas, los nazis también utilizaron las cámaras de gas e instalaciones de ejecución por fusilamiento para exterminar a cientos de personas consideradas no aptas para el trabajo.
El sobreviviente que testificó en contra de la secretaria criticó la sentencia
Manfred Goldberg fue uno de los testigos clave en la condena a la mecanógrafa, considerando que vivió de cerca el horror durante ocho meses como trabajador esclavo en el campo de Stutthof. En su testimonio, Golberg aseguró que cree "imposible" que Furchner no supiera lo que estaba pasando, como ella se defendió.
"La puerta de entrada de Stutthof era conocida como la 'Puerta de la Muerte', entrar era más o menos equivalente a la muerte", contó el hombre de 92 años.
Además, aseveró que los informes con el detalle de los crímenes de los nazis en ese campo llegaron a las manos de la mujer, a través de informes de progreso que incluían hasta la cantidad de cabello humano que habían recolectado.Por otro lado, Goldberg criticó la sentencia en suspenso de Furchner, a la que tildó de "error" dado que no cumplirá tiempo en prisión debido a su avanzada edad.
"Nadie en su sano juicio mandaría a prisión a un hombre de 97 años, pero la sentencia debería reflejar la gravedad de los delitos. Si un ladrón es condenado a dos años, ¿cómo puede ser que alguien condenado por complicidad en diez mil asesinatos reciba la misma pena?", indicó al respecto. "Este juicio tiene el propósito de que el público sepa que no hay límite de tiempo para crímenes de tal crueldad o magnitud", cerró.
Un fallo histórico y simbólico
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En uno de los últimos juicios del país sobre el Holocausto, Furchner fue juzgada por su presunto papel en el "asesinato cruel y malicioso" de prisioneros en el campo de Stutthof. Se trata de la primera mujer procesada en décadas en Alemania por los crímenes de la época nazi.
Si bien la condena en suspenso no la obligará a ir a la cárcel, la fiscalía destacó el "significado histórico excepcional" del proceso, con un fallo sobre todo "simbólico", considerando que a 77 años de la Segunda Guerra se está acabando el tiempo para llevar ante la justicia a criminales nazis en línea con el fallecimiento de los ancianos sobrevivientes.
Por este motivo, a pesar de la avanzada edad de la acusada, los querellantes destacaron que era "importante celebrar un juicio de este tipo", además de completar el registro histórico puesto que los sobrevivientes están muriendo.
CDI CP