Colombia enviará a Haití una misión de inteligencia para ayudar a esclarecer el magnicidio del presidente Jovenel Moise, tras la captura de mercenarios colombianos que según la policía haitiana están implicados en el asesinato, anunció ayer el presidente Iván Duque.
“Ofrecemos toda la colaboración para encontrar la verdad sobre los autores materiales e intelectuales del asesinato” de Moise, escribió Duque en Twitter tras comunicarse con el primer ministro haitiano, Claude Joseph, que declaró un virtual “estado de sitio” por 15 días.
Duque también ordenó a los jefes de inteligencia de la policía colombiana y agentes de Interpol que viajen a Puerto Príncipe en las próximas horas, para que se sumen a la investigación del crimen que agravó la crisis política y de seguridad en la nación más pobre de América.
Moise, de 53 años, fue asesinado a tiros la madrugada del miércoles durante un asalto a la residencia presidencial. Su esposa, Martine, quedó gravemente herida. El ataque fue perpetrado por un comando conformado por 28 hombres, 26 colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano, según la policía haitiana. Tres de los supuestos agresores fueron abatidos, 17 detenidos y ocho más están prófugos.
En Bogotá, las autoridades confirmaron que al menos 17 ex militares colombianos están implicados en el asesinato. Dos de ellos “perecieron” a manos de fuerzas haitianas y hay 15 colombianos más que “habrían pertenecido al ejército nacional” y que se desvincularon entre 2018 y 2020, dijo en rueda de prensa el general Jorge Luis Vargas, director de la policía de Colombia.
Las autoridades colombianas no revelaron información sobre el paso de los sospechosos por el Ejército ni las razones de su retiro.
Se sabe que dos de los implicados, Duberney Capador y Germán Alejandro Rivera, viajaron el 6 de mayo de Bogotá a Panamá y de allí a Santo Domingo, donde estuvieron cuatro días antes de tomar un vuelo a Haití. Los demás colombianos llegaron a República Dominicana el 4 de junio y el 6 cruzaron a Puerto Príncipe.
Las autoridades dijeron tener también información de cuatro empresas involucradas en el crimen, sin dar más detalles.
Otro de los colombianos detenidos fue identificado como Manuel Antonio Grosso Guarín, de 40 años y quien, según el diario El Tiempo, había salido de Bogotá el 4 de junio hacia República Dominicana junto a otros tres ex miembros del ejército, pero no se ha establecido si también están implicados en el asesinato de Moise.
Manuel Antonio Grosso Guarín, a quien el diario El Tiempo describe como uno de los “militares mejor preparados del ejército colombiano”, viajó junto a sus tres acompañantes a Punta Cana y el 6 de junio cruzaron la frontera hacia Haití. Los cuatro hombres entraron a territorio haitiano por el puesto fronterizo de Carrizal, según las investigaciones judiciales en curso.
“Grosso Guarín y sus tres acompañantes alcanzaron a hacer turismo en República Dominicana. Agentes de inteligencia que están investigando el magnicidio tienen fotos de los ex militares colombianos en el Faro Colón”, en la capital de República Dominicana, afirmó El Tiempo.
Grosso Guarín estuvo vinculado a las filas militares hasta 2019, cuando salió o fue expulsado por causas todavía no reveladas. Había recibido “entrenamiento de comando especial, con instructores estadounidenses. Y, en 2013, estaba asignado al Grupo de Fuerzas Especiales Antiterroristas Urbanas”, detalló el diario colombiano.
El ex militar es oriundo de Sogamoso, una localidad próxima a Bogotá. De acuerdo a su perfil en Facebook, el hombre vivía en Bogotá, era soltero y no registra su edad. Según la prensa colombiana tiene 40 años.
El 6 de junio publicó 17 fotografías en la red social en las que se le ve posando en diferentes lugares turísticos de República Dominicana, como el palacio presidencial en Santo Domingo. Fotografías más antiguas lo muestran camuflado y portando armas de fuego.
Los norteamericanos. Por otro lado, uno de los jueces que investigan el caso del asesinato de Moise, Clément Noel, reveló ayer que los dos estadounidenses arrestados en relación con el crimen han asegurado que no se encontraban en la habitación de Moise cuando fue asesinado y que únicamente trabajaban como traductores para los presuntos autores.
Según el New York Times, se trata de James J. Solages, que trabajó en la Embajada de Canadá en Haití, y de Joseph Vincent. Ninguno de ellos resultó herido durante el asalto a la residencia de Moise y se encontraban en posesión de armas, ropa, alimentos y otros objetos que se usaron durante el ataque.
Noel rechazó proporcionar detalles sobre la operación o un posible motivo, pero aseguró que los estadounidenses mantienen que fue “intensamente” planeada durante un mes. Solages y Vincent se reunían con los implicados en un hotel ubicado en un suburbio de Puerto Príncipe, la capital, para planear el ataque. Según el juez, el objetivo no era matarlo, sino llevarlo al palacio presidencial.
Además, según Solages y Vincent, los colombianos involucrados en el ataque habían estado en Haití durante unos tres meses. Vincent también ha indicado que el cerebro de la operación es un hombre “extranjero” llamado “Mike” que habla español e inglés, y Solages ha detallado que consiguió el trabajo como traductor para los atacantes gracias a una oferta publicada online.
Taiwán. Por otra parte, Taiwán informó ayer que once presuntos miembros del comando que asesinó a Moise irrumpieron en su embajada en Puerto Príncipe en un intento de huir, pero fueron detenidos por la policía.
Según explicó la portavoz de la cancillería taiwanesa, Joanne Ou, los guardias de seguridad de la delegación tuvieron constancia de la entrada de los hombres armados a primera hora de la mañana el jueves y, tras pedir el gobierno de Haití permiso para arrestarlos por sospechas de estar vinculados al asesinato de Moise, la embajada dejó a la Policía entrar.
Los arrestados no ofrecieron resistencia y Ou detalló que se han constataron algunos daños menores en el edificio de la delegación, como ventanas rotas, pero ninguno de los miembros del personal se encontraban en ese momento en las instalaciones. El Ministerio de Exteriores taiwanés no pudo precisar si los intrusos están involucrados de alguna manera en el crimen de Moise.
Unicef advierte por la gravísima situación de los niños de Haití
Casi un tercio de los niños de Haití, al menos 1,5 millones, necesitan “urgentemente” ayuda de emergencia, alertó ayer el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que enumera el acceso limitado al agua potable, la salud y la nutrición, la interrupción de los servicios de educación y protección durante la pandemia y los huracanes como principales causas.
Unicef se mostró “alarmado” por la “terrible” situación humanitaria de los niños y sus familias en Haití, que se ha deteriorado “rápidamente” desde principios de este año. Solo durante los primeros tres meses de 2021, el número de ingresos de niños y niñas con desnutrición aguda grave en los centros de salud de Haití aumentó 26 por ciento con comparación con el año pasado.
“Esta es la peor crisis humanitaria a la que se ha enfrentado el país durante los últimos años y se está deteriorando semana tras semana”, advirtió el representante de Unicef en Haití, Bruno Maes.
“La vida de muchos niños y niñas depende de la ayuda humanitaria y de artículos esenciales, como vacunas, jeringas, medicinas y alimentos terapéuticos”, agregó, y subrayó que “cuando las pandillas luchan en la calle y las balas vuelan, es difícil llegar a las familias más vulnerables con estos suministros que salvan vidas”.
“A menos que se garantice un paso seguro a las organizaciones humanitarias, miles de niños y niñas afectados seguirán con poca o ninguna ayuda”, advirtió.
A la agencia de la ONU le preocupa especialmanete la violencia que atraviesa el país. Desde principios de junio se suceden los enfrentamientos entre bandas armadas rivales en algunas zonas urbanas de la capital, Puerto Príncipe, que provocaron el incendio o daños de cientos de casas. Más de 15.000 mujeres y niños se han visto obligados a huir de sus hogares debido a actos de violencia en la capital y sus alrededores, el 80 por ciento de ellos solo durante las últimas cuatro semanas.
Este reciente aumento de la violencia tiene lugar en medio de un incremento gradual de casos de covid-19 en Haití. A finales de junio, se habían reportado más de 18.500 casos confirmados y 425 muertes. Según UNICEF, los principales hospitales dedicados a la pandemia están saturados y sufren escasez de oxígeno. Algunos pacientes están muriendo porque la violencia de las pandillas armadas impide que las ambulancias lleguen a estos centros con oxígeno y tratamiento de emergencia.
Además, Haití es el único país del hemisferio occidental que no ha recibido ni una sola dosis de la vacuna contra el covid, algo “inaceptable” para Maes. “Es probable que la violencia de las pandillas en Puerto Príncipe y sus alrededores retrase aún más la llegada de las vacunas y haga que su distribución en todo el país sea más complicada”, lamentó el representante.