La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, suspendió su agenda en Chile, donde participaba de una cumbre entre América Latina y Europa, para viajar a Santa Maria, ciudad del sur de Brasil donde más de 200 personas murieron tras el incendio de una discoteca. Entre lágrimas, ofreció una breve conferencia de prensa antes de su retorno.
"Vamos a ayudar a las familias. Los ministros ya están trabajando en el lugar. Realizamos la movilización de todos los recursos necesarios para ayudar", dijo visiblemente emocionada. Y agregó: "Quiero decir también que en este momento de tristeza, estamos juntos, y lo superaremos".
"Esta tragedia enluta a todo Brasil", concluyó después de quebrarse.
"La presidenta anticipó su retorno para viajar directamente a Santa Maria", había informado previamente la Presidencia de Brasil a los medios. Asimismo, esta mañana Rousseff se comunicó vía telefónica con el gobernador del estado austral de Rio Grande do Sul, Tarso Genro, a quien le ofreció "toda la ayuda necesaria".
"La Presidenta se comunicó con el gobernador Genro y ofreció toda la ayuda necesaria. Ella encomendó a todos los ministros que brinden el apoyo en sus respectivas áreas", informó un portavoz de Planalto.
Genro, lamentó el incendio en un mensaje en su cuenta de Twitter. "Domingo triste, estamos tomando todas las medidas posibles. Estaré en Santa María al final de la mañana", escribió Genro.
Los heridos estaban siendo atendidos en hospitales públicos de la localidad. Según la emisora local Radio Gaucha, los centros de salud hicieron un llamado a la población para donar sangre para atender a los heridos.