El hallazgo de "material sensible" no declarado -que incluye armas, drogas e información confidencial- en un avión militar estadounidense que llegó a Ezeiza sigue causando polémica y comenzó una disputa diplomática entre los gobiernos de Argentina, que promete una "protesta formal" sobre el tema, y el de Estados Unidos, que reclama la devolución inmediata del cargamento.
La historia comenzó el pasado jueves 10 de febrero cuando el avión C-17 Globemaster III arribó a Ezeiza con un cargamento especial. Los equipos se iban a utilizar para entrenar en el manejo de crisis y toma de rehenes al Grupo Especial de Operaciones Especiales de la Policía Federal (GEOF), un curso con un costo de dos millones de dólares que ahora fue suspendido. Entre los materiales, se encontraron mil pies cúbicos de cargamento que no había sido declarado.
La Aduana "procedió a liberar la carga ingresada legalmente" al país pero "incautó lo intentado ingresar en contravención a las leyes", informó Cancillería en un comunicado, y anunció que Argentina "formulará una protesta así como un pedido para la colaboración en la investigación sobre los motivos que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos tuvo al intentar violar las leyes argentinas ingresando material camuflado dentro de un cargamento oficial".
El texto afirmó que entre el material retenido "hay desde armas hasta diferentes drogas, entre otras, varias dosis de morfina" y que el avión también "había intentado ingresar al país material para interceptar comunicaciones, varios GPS de una sofisticación reveladora de su potencia, elementos tecnológicos conteniendo códigos caratulados como secretos, así como un baúl completo con drogas medicinales vencidas".
El gobierno de Estados Unidos que encabeza Barack Obama quiere que Argentina explique qué pasó con el material incautado, y exige que sea restituido "inmediatamente". "Todos los ítems retenidos son materiales que normalmente se llevan para los cursos de entrenamiento", sostuvo un vocero del Departamento de Estado al diario Clarín, y agregó que todo "había sido coordinado y autorizado por la Cancillería argentina y el ministerio de Seguridad".
"El entrenamiento fue cancelado y el avión con el equipo de entrenadores se fue de la Argentina", informó el vocero. "Tampoco entendemos por qué, si había alguna duda, no se la manejó por los canales diplomáticos habituales en vez de hacerlo de esta forma", dijeron fuentes de la misma cartera a La Nación.
El Departamento de Estado convocó al embajador argentino en Washington, Alfredo Chiarada, para "transmitirle nuestra sorpresa y nuestra preocupación con respecto a lo sucedido".
La Cancillería, por su parte, comentó que ayer el secretario Asistente Arturo Valenzuela se comunicó con Timerman para "solicitar resolver la situación", al tiempo que expresó "la preocupación" del Departamento de Defensa estadounidense "ante la incautación de elementos que hacen a la seguridad" del gobierno norteamericano. El canciller le respondió que "las leyes argentinas deben ser cumplidas por todos sin excepción".
La disputa crece en un momento tenso de las relaciones entre Argentina y Estados Unidos. A fines de enero, Obama anunció una gira latinoamericana que incluye visitar a Brasil y Chile, pero no a nuestro país. Días después, Timerman denunció que la Policía Metropolitana del gobierno porteño recibe "cursos de tortura" financiados por Estados Unidos.