Sentados en la mesa de un quiosco playero, en Barra da Tijuca, en Río de Janeiro, y frente al Windsor Hotel de cinco estrellas, cuatro médicos compartían unas cervezas,antes de participar en un congreso internacional de ortopedia. Era la una de la madrugada de este jueves 5, pero todavía había clientes.De pronto, tres hombres vestidos de negro descendieron de un auto blanco armas en mano y sin mediar ningún aviso de asalto dispararon más de 30 balas en una única dirección: el sitio donde se encontraban los profesionales. Terminada la ejecución, volvieron al automóvil sin hurtar absolutamente nada.
Dos de los asesinados tenían apenas 33 y 35 años: Perseu Ribeiro Almeida y Diego Ralf de Souza Bomfim. El tercero, Marcos de Andrade Corsato de 62 años, era el jefe del servicio de Ortopedia del Hospital de Clínicas de San Pablo. El cuarto medico se salvó de la muerte pero está en estado crítico en un hospital público.
Lo más llamativo del caso es que uno de las víctimas es hermano de la diputada federal Samia Bomfim y cuñado del también legislador, Glauber Braga; ambos pertenecen al Partido Socialismo y Libertad (PSOL), una de las corrientes de la izquierda que forma parte de la coalición oficialista. Sea por la ausencia de un objetivo visible de los asesinos, como sería el caso de un robo, o por la organización mostrada por la banda y su forma de vestir, el ministro de Justicia Flavio Dino no vaciló en catalogar el caso de “ejecución”, y dispuso además que la Policía Federal encare su propia investigación de este caso, que conmovió a la sociedad brasileña. Todavía permanece en el recuerdo de los fluminenses el homicidio cometido contra Marielle Franco, por las bandas fascistas que dominan la capital carioca. “Frente a la hipótesis que relaciona la masacre con la actuación de los dos parlamentarios federales, ordené a la PF que acompañe las investigaciones. Mi solidaridad con la diputada Samia y su esposo Glauber”.
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El presidente Lula da Silva expresó su “gran tristeza e indignación frente a la noticia de la ejecución. Mi solidaridad para los familiares de los médicos, como también para la diputada Samia Bomfim”. El PSOL reclamó, además, una “rigurosa y eficiente” investigación policial. En términos idénticos expresó su repudio el presidente del Senado Rodrigo Pacheco, para quien también es indispensable “una investigación a fondo”. Para él “es imprescindible que las investigaciones sean meticulosas, detalladas, para saber las razones”.Otro parlamentario de izquierda, Chico Alencar, señaló que Río “es una ciudad que facilita este tipo de crímenes mandados, porque fue concretado con certeza de impunidad en una avenida muy transitada y con muchas cámaras de monitoreo. Los delincuentes cometieron esa barbaridad sin ninguna preocupación de ser identificados e ir presos”.
Las fuertes sospechas de motivaciones políticas se fundamentan además en las denuncias previas de la parlamentaria quien en julio relató haber recibido mensajes de amenazas: “Cada 15 días recibo un email, con ofensas horrorosas que hablan de matar a mi familia, siempre con enorme crueldad”. El único sobreviviente de esta masacre es el médico Daniel Sonnewend, a quien las balas le impactaron en la pierna. Y según informó Folha de San Pablo, el estado de salud del profesional “se agravó al punto de pasar por una laparotomía para determinar una hemorragia interna”.
El secretario de Estado de la Policía Civil carioca, el comisario José Renato Torres, dijo que el crimen “no quedará impune”. Añadió que con el ministro de Justicia acordaron que habrá una acción coordinada con la Federal. El superintendente de la PF, Joao Paulo Garrido, indicó que “poneos a disposición para colaborar todos los recursos que se consideren necesarios”.
cp
