Los presidentes de Argentina y Brasil, Cristina Fernández de Kirchner y Luíz Inácio Lula da Silva, tuvieron su primer encuentro público hoy tras los roces entre ambos países en la fallida Ronda de Doha, en la que Brasil defendió la liberalización del comercio internacional. Las intenciones brasileras quedaron bloqueadas por el proteccionismo de Estados Unidos e India, a lo que se plegó Argentina con su política a favor de las retenciones.
El encuentro de Lula y Cristina Fernández se dió en el marco de la inauguraron este mediodía del seminario binacional "Argentina-Brasil: Una alianza productiva clave" en el Hotel Sheraton del barrio porteño de Retiro. El objetivo del encuentro es lograr una alianza estratégica que, entre otras cosas, mejore el comercio entre ambos países.
Ninguno de los dos mandatarios hizo mención hoy al roce por Doha: Cristina Kirchner habló de fortalecer la relación bilateral, en especial a la hora de abordar negociaciones multilaterales. "Tenemos que saber lo que nos proponen del otro lado y saber qué tenemos nosotros", dijo, a la vez que destacó la necesidad de tener un modelo de desarrollo productivo y enumeró los logros económicos de los cinco años de gestión kirchnerista.
Lula también omitió el hito de Doha, y se despachó con un largo discurso de integración regional que opacó al de la presidente argentina. A Brasil no le interesa crecer sin que los otros países de la región crezcan, sostuvo el ex sindicalista metalúrgico, ya que América "es un mismo territorio, las fronteras son imaginarias".
"Cuánto tiempo perdemos en la construcción de una alianza estratégica entre Argentina y Brasi", denostó.
"Un empresario argentino no puede ver a Brasil como un país competidor sino como un potencial mercado", afirmó, y agregó que Brasil continúa apostando en la Argentina, en sus trabajadores y en sus empresarios". Por último, criticó la cerrada política inmigratoria europea y fue despedido con aplausos.