Un grupo de arqueólogos marinos descubrió un barco romano de madera de 2.000 años de antigüedad sumergido en las aguas poco profundas del mar Adriático. Se trata de un naufragio de más de 9 metros de eslora cuyos bordes fuero devastados por moluscos llamados gusanos de barco, pero la mayor parte del casco sobrevivió en buenas condiciones, preservado bajo capas de arena.
El hallazgo ocurrió en 2021 cuando los arqueólogos divisaron monedas romanas en el fondo del mar cerca de una tabla de madera. Movidos por la inquietud que les había generado ese descubrimiento, este año regresaron y, a menos de dos metros bajo la superficie del agua, encontraron el barco enterrado entre los restos de la ciudad portuaria romana de Barbir.
“El antiguo puerto de Barbir cerca de Sukošan fue descubierto en 1973, y durante mucho tiempo estuvo documentado solo superficialmente, gracias a la investigación del arqueólogo Boris Ilakovac. En 2017, se iniciaron nuevos trabajos más serios en la zona, en paralelo con la investigación de una villa romana en tierra firme, que sufrió importantes daños debido a la construcción moderna. Afortunadamente, parte del sitio bajo el mar está bien conservado”, dijo Mladen Pešić, director del Centro Internacional de Arqueología Subacuática en Zadar, quien también es el director de este extenso proyecto de investigación.
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Los arqueólogos reanudaron las excavaciones hace cinco años y se enfocaron en el muelle romano, parte del cual todavía es visible. El equipo llegó a la conclusión de que el muelle se construyó en dos fases: en el siglo I d. C. y luego se amplió en el siglo IV.
En este momento la embarcación continúa siendo etiquetada y documentada y el trabajo continuará durante el 2023. A través de un video subido a Youtube se puede ver el trabajo de los buzos arqueológicos bajo el agua.
Cómo se analiza el barco
Los exploradores del suelo bajo la superficie del río Zadar enviaron algunos trozos del barco a un laboratorio de Francia para realizar pruebas y profundizar la información sobre el mundo antiguo.
Se intuye que los barcos eran utilizados por comerciantes que iban al norte de África desde las actuales Grecia, Turquía e Italia.
RB / MCP
