Uno de los temas que los líderes del G7 buscarán abordar en la ajustada agenda de la Cumbre de Hiroshima tiene que ver con la sostenibilidad de la deuda externa de países en desarrollo. La preocupación tiene que ver con el riesgo que supone la incapacidad de pago a la estabilidad del orden internacional diseñado por Estados Unidos en 1944, sacudido por la guerra en Ucrania y la expansión de la influencia china, dos ejes del foro que comenzó este viernes y se extenderá hasta el 21 de mayo.
El próximo sábado los líderes del foro que reúne a las siete potencias occidentales debatirán acerca de la “seguridad económica” internacional. Se trata del tercer asunto en orden de prioridad después de “asuntos regionales”, incluida la represalia contra Rusia tras la invasión y la inestabilidad de la región del Indo Pacífico; seguido por la discusión por el desarme y la no proliferación nuclear.
Entre los asuntos económicos figura el acceso al financiamiento y el problema de los cuellos de botella que enfrentan las economías emergentes, entre ellas la Argentina, para pagar sus deudas. A estos temas se refirió Takashi Ariyoshi, director de la División de Política Económica del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón.
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Ante la consulta de PERFIL, el único medio argentino presente en la Cumbre de Hiroshima, el funcionario detalló que parte de la agenda del G7 incluye el tema del endeudamiento de países de América Latina que muchas veces ocurre en condiciones “opacas”, un tema que preocupa al G7 ante el avance de vías de financiamiento que sirven de alternativa a los organismos tradicionales de crédito.
Las condiciones de los préstamos
“Una cuestión importante en la agenda de desarrollo es cómo lidiar con estas prácticas injustas de otorgar dinero. En el pasado, la mayoría de las asistencias de desarrollo se dieron a través de reuniones que cumplían con los estándares internacionales, como la del Club de París. Pero al mismo tiempo, algunos de los préstamos se han hecho de manera muy opaca, así que incluso los ciudadanos no saben en qué tipo de condiciones el gobierno pidió dinero prestado o no. Así que queremos discutir este tipo de cosas y quiero abordar y discutir cómo lidiar con estos tipos de problemas”, indicó.
Además, agregó que muchos de estos acuerdos tienen “cláusulas escondidas” o “tan altas” que “no son sustentables”. “No se anuncian ningún tipo de herramientas o un alto precio insostenible. En el pasado, muchos préstamos se realizaban en una base concesional con un bajo precio de interés. Algunos préstamos se realizan ahora en una base un poco más alta que la base concesional. Así que hay muchas deudas insostenibles, pero espero que este tipo de temas de sostenibilidad se discutan en el G7”, cerró.
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El pedido de Lula da Silva
Los mandatarios presentes en Hiroshima conducen países pesados cuyo apoyo es necesario para las renegociaciones de deuda y acceso al crédito. Pero no estarán solos, ya que contarán con la presencia del presidente brasileño Lula da Silva, el invitado especial de esta edición “única” del G7. También acudirá un representante del Fondo Monetario Internacional.
Con respecto al tema de la deuda, Brasil participó de la reunión de ministros de Economía y titulares de Bancos Centrales del G7 el pasado fin de semana en la ciudad de Niigata. En aquel entonces a través de su ministro Fernando Haddad, el presidente brasileño expresó la necesidad de "socorrer a Argentina", sumergida en una crisis económica en medio de los multimillonarios desembolsos de abril para cumplir con el FMI.
Con respecto a las bilaterales del G7 de este viernes por la mañana en Hiroshima, el encuentro de Fumio Kishida y Joe Biden dio cuenta de la importancia estratégica de asistir a las naciones en desarrollo. Tras la reunión, los dos líderes aseguraron haber discutido “la importancia del compromiso y el apoyo al llamado ‘Sur Global’”, una manera (peyorativa) de llamar a los países en vías de desarrollo.