Los problemas de salud registrados en el departamento peruano de Puno después que un meteorito cayera el sábado obedecen más al susto de los pobladores que a la posible radioactividad del objeto celeste. De acuerdo a las mediciones realizadas por especialistas en la zona, los niveles de actividad nuclear serían muy bajos, insuficientes para causar inconvenientes a la población.
El físico nuclear Modesto Montoya afirmó que los meteoritos tienen " un tipo de radioactividad muy bajo, que de ninguna manera va a afectar a la población cercana al lugar en que caigan", lo que fue confirmado por científicos que llegaron hasta el lugar e hicieron las mediciones correspondientes.
"Cuando un meteorito cae, produce sonidos espantosos al entrar en contacto con la atmósfera. Es como si una gran piedra fuera sometida a una gran lija. Esos ruidos pueden haberlos asustado", dijo Montoya al atribuir a efectos psicológicos los supuestos problemas de salud.
Campesinos de la comunidad de Carancas, en la provincia de Desaguadero, cerca de la frontera peruano-boliviana, aseguran que desde que se produjo el fenómeno sufren nauseas, vómitos, diarreas y dolores de cabeza y estómago, lo que atribuyen a supuestos gases emanados.
El director regional de Salud, Jorge López, descartó sin embargo que haya casos graves y los policías que tienen a su cuidado el lugar en que cayó el meteorito dijeron no haber tenido ningún problema e incluso reconocieron que guardaron pedazos del cuerpo como recuerdo.
Las dolencias " nada tienen que ver con el meteorito", puntualizó el jefe nacional de Epidemiología, Freddy Passara.
El cráter de considerable tamaño dejado por el impacto se convirtió ya en centro de peregrinaje para curiosos llegados desde otros puntos de Puno y Bolivia. Aunque en principio se creyó que podría tratarse de basura espacial, las investigaciones determinaron que sí era un meteorito.
Fuente: DPA
