El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde el 7 de abril, sigue liderando las intenciones de voto para las elecciones de octubre en Brasil, según la última encuesta Datafolha divulgada la madrugada del domingo. El sondeo, realizado el 6 y 7 de junio, señala que 30% del electorado votaría por el ex presidente Lula (2003 y 2010), que cumple una condena de 12 años y un mes de cárcel en Curitiba (sur), acusado de corrupción pasiva y lavado de dinero.
La última encuesta Datafolha, difundida en abril poco después del encarcelamiento del líder de izquierda de 72 años, le daba un 31% de apoyo. En este nuevo sondeo, el 21% de los consultados declaró no tener aún un candidato definido, mientras que el precandidato de ultraderecha, Jair Bolsonaro, suma el 17% de las intenciones, seguido por Marina Silva, la exministra del Ambiente de Lula, con 10% del electorado.
En los escenarios sin Lula, los nombres que la prensa especula para reemplazar al carismático fundador del Partido de los Trabajadores (PT) registran apenas el 1% de los sondeos: se trata del exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, y el exgobernador de Bahia, Jaques Wagner.
Lo que si aumenta sin Lula es el porcentaje de brasileños que se declaran sin candidato (33%). Sin el PT en la contienda, suben a 34%. Sin Lula en la pelea, Bolsonaro llega a 19% y Marina a 14-15%.
Debido a diferencias en las formulaciones no es posible comparar el resultado con el de abril, cuando Bolsonaro obtuvo 15% y Marina 10%, pero la proporción de votos y la preferencia es similar, dejando en evidencia que Lula continúa incidiendo significativamente en la elección y que a cuatro meses de los comicios, muchos brasileños no definen una alternativa.
El PT ratificó su apoyo unánime a Lula, quien en una carta afirmó el viernes que llevará su candidatura "hasta las últimas consecuencias". A pesar de la condena en segunda instancia, el partido puede inscribir la candidatura de Lula dejando a la justicia electoral el análisis del caso.
Otra conclusión de Datafolha es que el reciente paro de camioneros que mantuvo al país en la incertidumbre durante casi dos semanas y la consecuente ralentización de la economía, no incidieron en la campaña electoral. A quien sí afectó, según la encuesta, fue al presidente Michel Temer, cuya reprobación se disparó a 82%, convirtiéndose en el mandatario más impopular desde el retorno a la democracia en Brasil (1985), según Datafolha. En abril, 70% de los consultados calificaban la gestión de Temer como "mala o pésima".
El mandatario preside Brasil desde 2016 cuando fue destituida su excompañera de fórmula y sucesora de Lula, Dilma Rousseff, acusada de maquillar las cuentas públicas. Apenas 3% de los brasileños evalúan al gobierno de Temer como de "óptimo o bueno". Temer ha sido blanco de dos denuncias por corrupción pasiva, organización criminal y obstrucción a la justicia, ambas causas paralizadas en el Congreso. El mandatario también es investigado por presuntas irregularidades en la elaboración de un decreto portuario. Datafolha entrevistó a 2.824 electores en 174 municipios. El sondeo tiene un margen de error de dos puntos porcentuales.