La confrontación entre las autoridades de Brasil y de Estados Unidos sigue creciendo y amenaza con fracturar las relaciones diplomáticas y comerciales. Este sábado, el presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva criticó duramente las sanciones de Estados Unidos a los jueces de la Corte Suprema brasileña que llevan adelante la causa contra Jair Bolsonaro, aliado del mandatario estadounidense Donald Trump.
“Mi solidaridad y apoyo a los ministros del Supremo Tribunal Federal afectados por otra medida arbitraria y completamente infundada del gobierno de Estados Unidos”, expresó Lula en un comunicado divulgado por la presidencia.
Es más, sostuvo que “la interferencia de un país en el sistema de Justicia de otro es inaceptable y hiere los principios básicos de respeto y soberanía entre las naciones”.
El gobierno de Estados Unidos revocó las visas de los jueces brasileños el viernes, horas después de que Bolsonaro fuera obligado a usar una tobillera electrónica y a permanecer en Brasilia por una presunta obstrucción al proceso que enfrenta.
Las revocatorias de visado anunciadas por el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, se aplican al juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, a los jueces que apoyan a Moraes y a sus familiares directos.
El Supremo Tribunal Federal también le ordenó al exmandatario no acercarse a embajadas, autoridades de otros países, ni usar redes sociales.
Bolsonaro es juzgado por un supuesto intento de promover un alzamiento militar para evitar que Lula asumiera su cargo tras ganarle las elecciones en 2022. El exmandatario, quien afirma ser inocente, denunció una “humillación suprema” por parte de los magistrados que lo obligan a usar la tobillera electrónica.
Para Moraes, Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo “buscan ostensiblemente someter el funcionamiento de la Corte Suprema de Brasil a los Estados Unidos”.
Eduardo Bolsonaro se apartó en marzo de su cargo como diputado y se mudó a Estados Unidos, donde está en contacto con autoridades y legisladores del Partido Republicano de Trump para promover sanciones contra autoridades.
Ayer, De Moraes volvió a cuestionar la actitud del hijo de Bolsonaro. El magistrado afirmó que Eduardo “intensificó la conducta ilícita a través de diversas publicaciones y ataques contra el Supremo Tribunal en redes sociales”.
Se refería al mensaje de Eduardo en Facebook donde lo llama “gángster de toga” y avisa que las decisiones del magistrado tendrán “consecuencias imprevisibles”.
Crisis diplomática. El juicio al expresidente brasileño ha generado una crisis diplomática entre Washington y Brasilia.
Trump ya anunció aranceles del 50% a la exportaciones brasileras a partir de 1° de agosto por lo que considera una “caza de brujas” contra Bolsonaro. Lula, por su parte, amenazó con medidas recíprocas, aunque también pidió negociar una salida.
Esta semana, la Fiscalía brasileña pidió la condena de Bolsonaro por supuestamente liderar una conspiración fallida para impedir la asunción de Lula.
Los esfuerzos del Supremo de Brasil por regular las redes sociales también son rechazados por el gobierno Trump.
En 2024 Moraes bloqueó temporalmente X en todo Brasil hasta que la red cumpliera su orden de eliminar las cuentas acusadas de difundir desinformación.
Posteriormente, el magistrado ordenó suspender Rumble porque esta plataforma para compartir videos, popular entre los conservadores y la extrema derecha, se negaba a bloquear la cuenta de un usuario residente en Estados Unidos quien era buscado por difundir desinformación.
El Tribunal Supremo Federal de Brasil “creó un complejo de persecución y censura tan amplio que no solo viola los derechos básicos de los brasileños, sino que también se extiende más allá de las fronteras de Brasil para tomar como blanco a los estadounidenses”, dijo el secretario de Estado Marco Rubio al anunciar las sanciones a Moraes y otros jueces.
En un tono beligerante, Rubio reiteró que Trump “dejó claro que su administración exigirá responsabilidades a los extranjeros responsables de censurar la libertad de expresión en Estados Unidos”.
Divisiones. Como en gran parte de Latinoamérica, en Brasil también la sociedad está polarizada en cuestiones políticas. Y esta crisis con Estados Unidos hizo recrudecer las divisiones.
Los partidarios de Bolsonaro le echan la culpa a las políticas de Lula y a una Corte afin al gobierno. En cambio, los simpatizantes del actual mandatario acusan a la ultraderecha de promover la pelea con Washington, que puede terminar afectando la economía local.