INTERNACIONAL
casi sin reservas

EE.UU. está por quedarse sin armas para dar a Ucrania

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Javelin. Uno de los misiles claves de las ayudas de EE.UU. | cedoc

Estados Unidos pronto será incapaz de suministrar a Ucrania, como hasta ahora, los sofisticados equipamientos esenciales para su defensa ante Rusia pues sus reservas están llegando a sus límites, especialmente en términos de municiones.

Washington se ha convertido, de lejos, en el proveedor más importante de armas de Ucrania desde que Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero, con más de 16.800 millones de dólares en asistencia militar desde esa fecha.

Pero las reservas estadounidenses de ciertos equipamientos están “alcanzando los niveles mínimos necesarios para los planes de guerra y de entrenamiento” y hacer que los depósitos de armas vuelvan a los niveles previos a la invasión podría tomar años, escribió en un análisis reciente Mark Cancian, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

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Washington está “aprendiendo lecciones” del conflicto sobre las necesidades de munición en una guerra muy potente, y que es “mucho mayor” que lo esperado, afirmó un funcionario militar estadounidenses que pidió el anonimato.

Las empresas armamentistas estadounidenses fueron obligadas a reducir su producción de forma drástica en la década de 1990 cuando Estados Unidos redujo el gasto militar tras el colapso de la Unión Soviética. Como resultado, el sector se vino abajo y apenas un puñado de fabricantes sobrevivieron. Ahora, el gobierno de Estados Unidos debe convencer a la industria de reabrir líneas de ensamblaje y de relanzar la producción de armas como los misiles tierra-aire Stinger, que no se producen desde 2020.

Algunos equipos de guerra provistos por Estados Unidos se han vuelto un ícono de la guerra en Ucrania, como el misil antitanque Javelin, muy utilizado por las fuerzas de Kiev para detener el avance ruso hacia la capital, y también los cohetes Himars, un sistema de artillería de precisión que juega un papel clave en la contraofensiva ante Moscú en el este y el sur del país.

“No hay alternativas”.  Pero las reservas de munición para Himars, que dispara cohetes guiados por GPS conocidos como Gmlrs y con un rango de más de 80 kilómetros, escasean. “Si Estados Unidos enviara un tercio de ese inventario a Ucrania (como ha sido el caso de los Javelin y los Stinger), Ucrania recibiría de 8 mil a 10 mil cohetes. Eso podría durar varios meses, pero cuando se agote, no hay alternativas”, dijo Cancian, quien trabajó en el área de suministro de armamento para el gobierno estadounidense.

“La producción es de unos 5 mil al año. Pero pese a que Estados Unidos trabaja en aumentar esa cifra, y a que recientemente se ha asignado un presupuesto para este fin, esto puede tomar años”, opinó el experto, al agregar que algunos equipos más viejos pueden ayudar a cerrar la brecha. Estados Unidos ya suministró unos 8.500 misiles Javelina a Kiev, pero la producción de esta arma que se ha convertido en un símbolo de la resistencia de Ucrania es solo de unos mil por año.

Washington ordenó 350 millones de dólares de estos misiles en mayo, pero de nuevo, tomará varios años antes de que las reservas se restablezcan.