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EE.UU. pide justicia por los asesinados en la Amazonia

El Departamento de Estado pidió “rendición de cuentas” por la muerte del periodista británico Dom Phiillips y el especialista en pueblos indígenas Bruno Pereira, cuyo asesinato confesaron dos hermanos que viven en la remota zona en la que las víctimas investigaban denuncias de violencia contra aldeas. La policía federal sostuvo que no hay indicios de que algún tipo de crimen organizado esté detrás del crimen, pero organizaciones ambientales y de pueblos originarios denuncian que en el área operan narcotraficantes, pescados ilegales y buscadores de oro que contaminan las aguas. Duras críticas al presidente Jair Bolsonaro.

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Amigos. Phillips era corresponsal del Guardian; Pereira, antropólogo, estudiaba a pueblos amazónicos. | cedoc

Estados Unidos pidió ayer “justicia” por el asesinato del periodista británico Dom Phillips y el experto brasileño en pueblos indígenas Bruno Pereira, en la Amazonía de Brasil, saludando al mismo tiempo a los defensores de la selva tropical. 

El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, ofreció condolencias a las familias de Phillips y Pereira y dijo que fueron “asesinados por apoyar la conservación de la selva tropical y los pueblos nativos allí”. 

“Hacemos un llamado a la rendición de cuentas y la justicia: debemos fortalecer colectivamente los esfuerzos para proteger a los defensores ambientales y los periodistas”, escribió Price en Twitter.

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Los asesinatos se confirmaron días después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, se reuniera por primera vez con su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, quien ha sido criticado por el episodio. 

La ONU, indígenas, oenegés y allegados expresaron su indignación por los asesinatos, que vincularon a la impunidad que impera en la región alentada por Bolsonaro, un impulsor de la explotación comercial de las áreas protegidas.

En los últimos días, el mandatario brasileño causó indignación al asegurar que la incursión de Phillips y Pereira en la Amazonía era una “aventura no recomendable” y que el reportero era “mal visto” en la región por su labor informativa sobre las actividades ilegales.

Hace una semana, Bolsonaro, aliado del expresidente estadounidense Donald Trump, se mostró optimista tras reunirse con Biden al margen de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles. Entonces, Biden expresó su preocupación por el cambio climático y la deforestación en la Amazonía, un vital “sumidero” para el carbono del planeta. 

La investigación por la desaparición de Phillips y Pereira el 5 de junio dio un vuelco el miércoles con la confesión de uno de los dos detenidos: Amarildo da Costa de Oliveira, que condujo a la policía al lugar donde dijo haber enterrado los cuerpos, cerca de la ciudad de Atalaia do Norte, en la remota región del Valle del Javarí, fronteriza con Perú.

Policía. Organizaciones criminales que actúan en la Amazonía no están relacionadas con los asesinatos, dijo ayer la policía brasileña, una versión en seguida rebatida por una asociación indígena.

“Las investigaciones apuntan a que los autores actuaron solos, sin que hubiera un autor intelectual u organización criminal detrás del crimen”, indicó la Policía Federal en un comunicado. “Las indagaciones continúan y hay indicios de la participación de más personas en la práctica delictiva”, agregó la nota.

Uno de los sospechosos, un pescador de 41 años llamado Amarildo da Costa de Oliveira, conocido como “Pelado”, confesó el martes por la noche haber enterrado los cuerpos. Al día siguiente llevó a las autoridades al lugar exacto. La policía halló ahí restos humanos que fueron trasladados en avión a Brasilia el jueves, donde están siendo analizados. Según la policía, hay una “probabilidad del 99%” de que pertenezcan a los dos hombres, que fueron vistos por última vez el 5 de junio, cuando se dirigían en barco a Atalaia do Norte, en el Valle de Javarí, una zona conocida por su peligrosidad y donde hay actividades ilícitas, como tráfico de drogas y pesca y minería ilegales.

La Unión de Pueblos Indígenas del Valle de Javarí (Univaja), cuyos miembros participaron activamente en las búsquedas, refutó este viernes la versión policial. “No se trata solo de dos asesinos, sino de un grupo organizado que planificó en detalle el crimen”, dijo Univaja en una nota, explicando que las autoridades habían hecho caso omiso de numerosas denuncias sobre las actividades de bandas criminales en la zona.