Ubicado en lo alto del río Connecticut, en la localidad de East Haddam, se encuentra una de las residencias más singulares de Estados Unidos, el Gillette Castle, un castillo de piedra rústica que fue diseñado por el actor y dramaturgo William Gillette, reconocido mundialmente por ser el primer intérprete de Sherlock Holmes en teatro. Más allá de su fama como artista, Gillette dejó como legado esta extravagante construcción que hoy funciona como museo y parque estatal, visitado por más de 300.000 personas al año.
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Diseñado y construido entre 1914 y 1919, el Gillette Castle no es una simple mansión de época. Con 24 habitaciones, 47 puertas talladas a mano y múltiples pasadizos secretos, la propiedad refleja el espíritu lúdico, excéntrico y teatral de su creador. El castillo cuenta con puertas ocultas, trampillas que conducen a habitaciones secretas, espejos trucados para observar a los invitados sin ser visto, y dispositivos de espionaje casero que harían enorgullecer al mismísimo Sherlock Holmes.

Lejos de ser una fantasía medieval vacía, el castillo fue equipado con comodidades inusuales para su época. Contaba con electricidad generada por su propio sistema, calefacción central a carbón, baños modernos con agua caliente y lámparas artesanales únicas, algunas diseñadas por el propio Gillette, otras atribuidas a Tiffany & Co.
La decoración interior incluye revestimientos de hierba natural, mobiliario móvil sobre rieles, y un bar oculto con mecanismo de cierre automático, diseñado para bromear con los visitantes. El estudio de Gillette alberga objetos originales, como su silla con ruedas sobre rieles y una caja fuerte camuflada tras una puerta falsa.
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Los amantes de los felinos también encontrarán un detalle curioso: Gillette era un entusiasta de los gatos, y se estima que en su casa vivían al menos 17 gatos domésticos. Además, se han identificado más de 70 esculturas y decoraciones felinas dispersas por toda la residencia.
Una de las construcciones más destacadas del terreno es un antiguo ferrocarril en miniatura, que recorría cerca de 5 kilómetros a través de los 300 acres del predio. El tren, diseñado por el propio Gillette, incluía locomotoras a vapor, puentes, túneles e incluso una estación bautizada como “Grand Central”. Personalidades como Charles Chaplin, Albert Einstein y el presidente Calvin Coolidge habrían recorrido sus rieles como invitados del actor.
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Tras la muerte de Gillette en 1937, la propiedad pasó a manos del Estado de Connecticut en 1943, según los deseos del artista, quien dejó en claro en su testamento que no quería que el castillo cayera en manos de "algún bobalicón que no sepa lo que tiene delante". Desde entonces, funciona como el Parque Estatal Gillette Castle, abierto al público con visitas guiadas, senderos naturales y actividades culturales.
LV/EM