El castillo de Windsor blindará su espacio aéreo para librar a Isabel II de posibles ataques
Ubicada a 40kms de Londres, la fortaleza medieval donde la reina pasó su infancia le ofrecía confort y seguridad, hasta que la intrusión de un hombre que quería matarla obligó a reforzar la seguridad.
Castillo de Windsor, a 40 kms de Londres. |
AFP / The Sun
La decisión sobre la medida de seguridad se tomó después de que un hombre armado con una ballesta ingresara a los terrenos del castillo a fines de diciembre, amenazando con “matar a la reina”, según reveló este domingo el periódico The Sun.
A partir del 27 de enero, los aviones y vehículos aéreos no tripulados tendrán prohibido sobrevolar la residencia a una altitud de 750 metros. Según la orden, volar a menos de 2.500 metros de los muros del castillo se considerará un delito, señaló The Sun.
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El cumplimiento de la prohibición será monitoreado por el control de tránsito aéreo, y en caso de infracción se enviarán combatientes para escoltar al avión que ingrese a la zona y no responda a los avisos de radio. La policía que custodia el castillo también recibirá más poderes para derribar drones ilegales.
Las preocupaciones por la seguridad de la monarca, de 95 años, aumentaron después de se publicara un video en el que el hombre detenido con una ballesta (el pasado sábado 25 de diciembre) decía que quería "asesinar a la reina".
Las preocupaciones por la seguridad de la monarca, de 95 años, aumentaron después de se publicara un video en el que el hombre detenido con una ballesta decía que quería "asesinar a la reina".
Los intentos de entrar en Windsor o en el Palacio de Buckingham, la residencia habitual de la reina, situada en el corazón de Londres, no son inusuales. En julio pasado, un hombre fue detenido tras escalar las puertas del Palacio, un año después de que un indigente escalara las paredes y se acostara para pasar la noche en el terreno antes de ser atrapado.
La intrusión más espectacular ocurrió en 1982, cuando un hombre de 30 años, Michael Fagan, consiguió entrar en el dormitorio de la reina mientras estaba durmiendo en su cama. En 2004, un periodista se hizo pasar por lacayo para documentar la vida íntima de la familia real en Buckingham.
Recordando el caso de Fagan, la corresponsal de la realeza Penny Junor opinó en The Mirror: “Hubo un tiempo en el que ningún lugar era totalmente seguro… Hoy la seguridad está a la vanguardia”.
La experta recordó que el Palacio de Buckingham, de Londres, “no es acogedor” y tiene “pocas comodidades” para la monarca. “La reina se siente más como en casa en Windsor. Por lo tanto, debe regresar a Londres y estar a salvo, o reforzar la seguridad en otro lugar. Mi voto sería el último”, puntualizó.
