El tradicional mensaje navideño del rey Felipe VI de España, trasmitido por TV en Nochebuena, enojó a los independentistas catalanes frente a un amplio arco político, desde la izquierda a la derecha, que lo elogió. "El mundo no vive tiempos fáciles", dijo monarca, quien agregó que son momentos de "incertidumbre, de cambios profundos y acelerados que provocan en la sociedad preocupación e inquietud".
Una de las "serias preocupaciones que tenemos en España" es Cataluña, dijo el rey en un discurso de 1.457 palabras, en las que dijo que es necesario anteponer a los valores individuales, los colectivos para destacar, de nuevo, la Constitución como marco en el que se sostienen "nuestra convivencia, nuestros proyectos comunes, nuestros sentimientos y nuestras ideas".
El PSOE, Podemos, PP, Cs y Vox alabaron el discurso del rey, pero el independentismo catalán cargó contra él. El presidente de la Generalitat (gobierno catalán), Quim Torra, reaccionó con dureza y dijo que "lo que es una seria preocupación es el Estado español hoy en Europa". Se refirió a España como "un Estado que vulnera los derechos humanos, que incumple las resoluciones de los tribunales de justicia europeos y que niega el derecho inajenable de los catalanes a ejercer su derecho a la autodeterminación".
El presidente del grupo de ERC, el independentista Ernest Maragall, consideró que las palabras del rey "borderon la irrelevancia", pues representó "una mezcla de buenas palabras y pomposidad vacía, sin ningún contenido real". A juicio de Maragall, Felipe VI no representa hoy en día más que la "degradación" del pacto constitucional de 1978.
A favor de las palabras de Felipe VI, que también apeló en su discurso a confiar en España y no caer en la autocrítica destructiva, se encolumnaron PSOE, PP, Cs y VOX. El líder del Partido Popular, Pablo Casado, afirmó en su cuenta de Twitter que el rey "ha vuelto a defender la vigencia de la Constitución y la unidad de España". En la misma línea se expresó la vicepresidenta del Congreso, Ana Pastor, también del PP, que valoró que en su discurso el monarca haya instado a "no caer en los extremos, ni en una autocomplacencia" que silencie las carencias o errores, ni en una "autocrítica destructiva que niegue el gran patrimonio cívico, social y político acumulado".
También desde Twitter, el líder de Vox, Santiago Abascal, elogió lo que llamó "la sensatez y templanza" del mensaje del rey, del que destacó la frase: "Confiemos en España y mantengámonos unidos".
La portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Inés Arrimadas, destacó la misma frase que Vox, al tiempo calificó los dichos de Felipe VI de "atinado y pertinente". La presidenta del Partido Socialista (PSOE), Cristina Narbona, por su parte opinó que el monarca identificó "con nitidez los retos, las preocupaciones y las fortalezas que tiene la sociedad española en este momento". Se trata de desafíos como "el problema de Cataluña", entre otros, que el rey "reconoce" y que "entiende que somos capaces como sociedad de enfrentarlos juntos, como hemos hecho hasta ahora desde que tenemos un sistema democrático y un estado social y de derecho", desgranó la socialista.
Al enumerar las preocupaciones de los españoles, el rey dijo, sin mencionar el proceso electoral, que tras las elecciones del pasado 10 de noviembre, "nos encontramos inmersos en el procedimiento constitucional para que el Congreso otorgue o deniegue su confianza al candidato propuesto para la presidencia del gobierno”. Y en ese punto recordó, en una velada referencia a quienes atribuyen a la Zarzuela la responsabilidad de la acción política, que es al “Congreso a quien corresponde tomar la decisión que considere más conveniente para el interés general de los españoles”.
D.S.