El embajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, se rebeló contra el presidente de su país, Daniel Ortega, y denunció la “dictadura” del mandatario.
De manera inesperada, McFields manifestó durante el Consejo Permanente de la OEA que “denunciar la dictadura de Nicaragua no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”.
“Tengo que hablar, aunque tenga miedo, tengo que hablar, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos, tengo que hablar porque si no lo hago las piedras van a hablar por mí”, reflexionó el embajador nicaragüense.
De igual forma, el embajador ante la OEA destacó que “hay esperanzas”, porque la gente de Nicaragua “está cansada y cada vez van a ser más los que digan basta”.
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El representante afirmó que habla “en nombre de más 177 presos políticos y más de las 350 personas que han perdido la vida en el país desde el año 2018”, además de que toma la palabra en nombre de “todos los funcionarios que son obligados por el régimen de Nicaragua a fingir y a llenar plazas y repetir consignas porque sino lo hacen pierden su empelo”.
El embajador recordó que sugirió liberar a “al menos 20 presos políticos de la tercera edad y a otros 20 reos de menor edad con complicaciones de salud”, acto que consideró reflejaría una acción “humanitaria y políticamente inteligente”. De hecho, la principal excandidata opositora fue condenada a 8 años de prisión hace dos días..
“Nadie debe morir en la cárcel y, mucho menos, siendo inocente”, señaló el embajador de Nicaragua en ese momento. Sin embargo, el gobierno de Ortega contestó: “No vamos ni a tomar nota de ese comentario. Sabés bien lo que puede pasar. Al derecho cuanto más se le da, más quiere”.
Por último, el funcionario relató que, “desde 2018, se convirtió en el único país sin periódicos impresos, no hay libertad de publicar un simple tuit, no hay organismos de derechos humanos y se han comenzado a cerrar las universidades privadas”.
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De acuerdo con las declaraciones, de McFields al menos 170 mil nicaragüenses han huido del país y otros siguen haciéndolo y decenas de organización no gubernamentales (ONGs) fueron cerradas o abandonaron Nicaragua.
RdC cp
