Este viernes el Gobierno del presidente Alberto Fernández acompañó una dura declaración de la Organización de los Estados Americanos (OEA) contra el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, que denuncia las graves violaciones a los derechos humanos en ese país y exige la inmediata liberación de presos políticos, como se sabe arrestados en los meses previos a las elecciones que mantuvieron en el poder a Ortega y su esposa, Rosa Murillo.
Pero como se sabe, en el Frente de Todos las posiciones sobre lo que ocurre en Nicaragua o Venezuela no son comunes, y el embajador argentino ante el organismo, Carlos Raimundi, no está entre los críticos de Ortega y Maduro, el diplomático no pudo asistir a la votación.
Por qué no estuvo Raimundi en la votación
Si bien en un primer momento se había mencionado que "el embajador Raimundi se encuentra de vacaciones", fuentes cercanas al diplomático aclararon: "El motivo del viaje a Argentina del embajador Raimundi no es por vacaciones, se debe a la situación de salud por la que atraviesa su mamá de 94 años".
"La solicitud de autorización de este viaje fue realizado con mucha antelación al momento en el que se decidió tratar el tema de Nicaragua que fue en la última semana", expresaron.
Argentina había evitado en varias ocasiones sumarse a las demandas de la OEA contra Nicaragua, pero en el medio de la delicada relación con Washington, afectada por los viajes y declaraciones de Alberto Fernández en Moscú y Beijing, además de la todavía no concluida negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no dejó muchas opciones: un voto contra esa declaración que impulsaba Estados Unidos contra Ortega hubiera provocado otro cimbronazo en el tenso trato que se mantiene con Casa Blanca.
Por ese motivo, Raimundi, cercano en sus posiciones políticas tanto a Ortega como a Nicolás Maduro, no tuvo que ocuparse de ese voto contra Nicaragua, con expresiones muy duras contra Ortega, al que se acusa en el documento de encarcelar a opositores e incluso de someterlos a condiciones de prisión que incluyen hasta torturas.
La declaración de la Organización de los Estados Americanos (OEA) puntualmente condena la falta de garantías en Nicaragua y las violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Ortega. Esa posición continental motivó otro giro en materia de política exterior del gobierno de Alberto Fernández, poniendo distancia con Nicaragua luego que Ortega apoyara la designación del presidente Alberto Fernández al frente de la Celac.
A propósito de la relación con Managua, el Gobierno argentino también reaccionó con lentitud cuando no reclamó a tiempo la detención del iraní Mohsen Rezai, uno de los acusados por el atentado a la AMIA, cuando este viajó a Nicaragua para la asunción de Ortega y hasta coincidió en una fiesta con el embajador argentino Daniel Capitanich.
Este viernes en una sesión de casi 2 horas, miembros de la OEA aprobaron la "Declaración sobre la liberación inmediata de los presos políticos" en Nicaragua, incluida la Argentina. Nuestro país se había abstenido de firmar otras declaraciones de este tipo, condenatorias de los regímenes de Cuba y Venezuela, habitualmente en sintonía con las posturas que suelen adoptar Bolivia y México.
También en noviembre pasado el Gobierno argentino, a través de la vocera Gabriela Cerrutti, había criticado la política de Derechos Humanos en Nicaragua, aunque también como decíamos han sido múltiples los gestos amistosos con Managua. Así por ejemplo en diciembre pasado Raimundi se opuso en la OEA a que se apliquen "sanciones y cualquier otra medida que pueda exacerbar un conflicto en Nicaragua, generando tensiones utilizadas para justificar una mayor intervención externa"
La resolución está enmarcada en la preocupación regional por la muerte del exguerrillero sandinista Hugo Torres el pasado sábado, que estaba detenido por "traición a la patria" al igual que otros 46 opositores al gobierno de Daniel Ortega presos desde el año pasado, una situación en la que organismos de derechos humanos denuncian que prevalecen las torturas físicas y psicológicas.
La declaración de la OEA
“La situación en Nicaragua es un desafío a estos valores y principios. Nuestra organización, y nosotros los Estados miembros de la OEA, no podemos quedarnos satisfechos con la inacción. Ninguno de nosotros puede permanecer en silencio ante la tragedia que se desarrolla en Nicaragua, donde el sufrimiento humano aumenta a medida que los derechos políticos, civiles y humanos, que todas nuestras naciones aprecian, son ignorados, erosionados y violados”, sostiene el escrito del organismo internacional, que también exigió que todos los presos políticos "sean liberados de inmediato".
"Ninguno de nosotros puede permanecer en silencio ante la tragedia que se desarrolla en Nicaragua, donde el sufrimiento humano aumenta a medida que los derechos políticos, civiles y humanos, que todas nuestras naciones aprecian, son ignorados, erosionados y violados", se lee en la declaración de la OEA firmada por Argentina y otros 26 países.
"Consideramos que la continua detención de presos políticos constituye una grave violación de esos derechos a los que todos los Estados Miembros de la OEA han declarado su adhesión", añade.
Entre los países que apoyaron el documento también se encuentran Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belize, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Grenada, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, St. Kitts y Nevis, Suriname, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela (aunque en este caso el representante de Juan Guaidó).
En ese sentido, subraya que "la continua detención de presos políticos constituye una grave violación de esos derechos a los que todos los Estados Miembros de la OEA han declarado su adhesión". "Unidos alzamos nuestras voces en muestra de solidaridad con el pueblo de Nicaragua, con las víctimas de los abusos a los derechos humanos y con los miembros de sus familias; y, al hacerlo, reiteramos nuestra firme convicción de que todos los presos políticos de Nicaragua deben ser liberados inmediatamente", concluyó la posición de la OEA.