Los talibanes están contemplando la posibilidad de incluir a mujeres en un futuro gobierno, pero avisaron a la comunidad internacional, y a Estados Unidos en particular, que no ejerzan presiones sobre el movimiento a la hora de configurar nuevos miembros en un ejecutivo, que prevén como “inclusivo, pero no selecto”, en palabras de uno de sus más destacados portavoces.
“La comunidad internacional debe respetar los deseos del pueblo afgano”, afirmó Suhail Shahin, embajador designado del Emirato Islámico de Afganistán ante Naciones Unidas, en una entrevista publicada por la cadena panárabe Al Jazeera.
Al mismo tiempo, fuentes talibanas agregaron que el grupo se ha mostrado extremadamente reticente ante las peticiones de Estados Unidos para incluir a “miembros de la vieja guardia” en el Gobierno.
Shahin sostuvo el jueves reuniones con embajadores y representantes de varios países, incluidos Reino Unido y Estados Unidos, como prolegómeno a la reanudación de las conversaciones internacionales este fin de semana en Doha, el primer encuentro presencial tras la retirada de las tropas internacionales de Afganistán.
La cita se produce mientras la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, intenta organizar la entrega de ayuda humanitaria y presiona para que el grupo insurgente que tomó el poder del país centroasiático proteja los derechos de los afganos.
La delegación de Washington destacó entre los objetivos del diálogo reclamar a los líderes talibanes que “respeten los derechos de todos los afganos, incluidas las mujeres y las niñas, y formen un gobierno inclusivo con un amplio apoyo”, así como que “permitan a las agencias humanitarias el libre acceso a las áreas necesitadas” ante la grave crisis del país.
Entre las prioridades también está el encontrar el “paso seguro y continuo fuera de Afganistán de estadounidenses y otros ciudadanos extranjeros y afganos” con quienes Washington tiene un ““compromiso especial”.
Al respecto, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, señaló que Estados Unidos está en contacto con “decenas” de personas en Afganistán que “desean irse”, entre ellos una cifra indeterminada de estadounidenses.