El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman, no goza de la confianza de gran parte de la ciudadanía tanto en varios países de Oriente Medio como en Estados Unidos, según un sondeo que detecta una especial desconfianza hacia el todopoderoso dirigente por parte de la población de Israel.
Mohammed es el hijo más joven del anciano rey Salman, quien lo encumbró como príncipe heredero y virtual gobernante del país en 2017. Desde entonces, Mohammed se desplazó con mano de hierro por todos los ámbitos de la vida política saudita. El príncipe puso entonces su empeño en reunir el apoyo mundial para reformar la dependencia económica que tiene el país del petróleo y su implicancia en el asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi sigue siendo cuestionada.
El centro de estudios norteamericano Pew Research Center sondeó la opinión de más de 5.500 personas en Israel, Túnez, Turquía, Líbano y Estados Unidos para concluir que Mohammed tiene una peor imagen pública que su padre, el rey Salmán, que situó a su hijo como heredero y principal imagen pública del régimen.
Un 83 por ciento de las personas entrevistadas en Israel desconfían del príncipe, que también tiene notas negativas en Túnez (69 por ciento), Turquía (68 por ciento), Líbano (64 por ciento) y Estados Unidos (63 por ciento), a pesar de que este último país está considerado un aliado clave de Arabia Saudí a nivel internacional.
En el caso de Líbano, no obstante, la tendencia se invierte si solo se tienen en cuenta las respuestas dadas por ciudadanos suníes, donde la confianza en Bin Salman se dispara hasta el 50 por ciento.
Los datos relativos a Bin Salman se sitúan por debajo de los de otros grandes líderes internacionales, según el Pew Research Center, que detecta en estos datos los efectos de las polémicas en que se vio envuelto el heredero en los últimos años, entre ellas su supuesta implicación en el asesinato de Khashoggi en el consulado de Estados Unidos en Estambul.
"El príncipe heredero también es menos confiable que otros líderes mundiales", dice el Pew Research Center, mencionando a Donald Trump, Emmanuel Macri, Xi Jinping, Vladimir Putin y Angela Merkel. "En cuatro de cinco países, la proporción que confía en el Príncipe Heredero Mohammed se encuentra entre las más bajas, en comparación con otros líderes mundiales a los que se les preguntó en la encuesta", agregan.
La monarquía wahabbita de Arabia Saudita nació al abrigo de las potencias occidentales en 1932, junto al descubrimento del petróleo, que convirtieron a esa desértica nación en una de las más ricas del mundo. Desde la muerte del monarca fundador, Abdulaziz Al-Saud, en 1953, han gobernado seis de sus 44 hijos (los reyes Saud, Faisal, Khalid, Fahd, Abdullah y el actual rey, Salman) y Mohammed será el primer rey de la tercera generación dinástica.
Mohammed, apodad "MBS", amasó un nivel de poder desconocido hasta ahora, tras deshacerse de sus potenciales rivales: a finales de 2017 ordenó una "purga" en todos los estratos del gobierno que terminó con decenas de funcionarios y empresarios encarcelados, incluidos sus propios familiares.
A la par, Mohammed se presenta ante el resto del mundo como un reformista gracias a una serie de medidas como el fin de la prohibición a que las mujeres conduzcan o participen en la política, la reducción de los poderes de la policía religiosa y la reapertura de los cines.
Solo el rey, de 82 años, tiene la autoridad de cambiar la línea de sucesión, como lo hizo cuando designó a su hijo príncipe heredero, sin esperar un consenso real previo. Sin embargo, cualquier desafío directo a la sucesión del príncipe Mohammed "podría desestabilizar al reino como un todo", dijo Cinzia Bianco, analista del centro Gulf State Analytics.
"En el fondo, es un líder tribal pasado de moda", dijo Khashoggi en una entrevista que la revista Newsweek no publicó hasta la confirmación de su muerte en agosto de 2018. El príncipe, dijo Khashoggi, "quiere disfrutar de los beneficios de la modernidad del primer mundo, pero al mismo tiempo quiere gobernar como su abuelo" y "cree mucho en sí mismo". "No comprueba. No tiene buenos consejeros y se está acercando a 'una Arabia Saudita según Mohammed bin Salman'".
Estas declaraciones no gustaron mucho al príncipe saudita.