Dos semanas después de que sucediera, se supo que el príncipe Guillermo de Inglaterra participó del rescate de una adolescente que estaba en peligro de ahogarse en la costa de Gales. El rescate tuvo lugar un día antes de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres (a la que Guillermo no asistió por estar trabajando, precisamente, como piloto de búsqueda y rescate de la Fuerza Aérea Real Británica), pero la noticia no se publicó para que no eclipsara la gran ceremonia.
La chica de 16 años quedó atrapada en una fuerte corriente y se emitió una alarma. El príncipe, que acababa de aterrizar un helicóptero "Sea King" en la zona, llegó a Silver Bay -la escena del accidente- apenas un minuto después de que la alerta se transmitiera a través de radio. Un paramédico bajó hasta el mar para ayudar a la niña, que estaba sin fuerzas y que apenas había quedado bajo el agua.
El paramédico de la tripulación, Harry Harrison, dijo: "Nunca sabemos lo que vamos a enfrentar cuando nos llaman, a veces es solo un tobillo torcido o un hueso roto, pero esto fue un rescate donde realmente llegamos justo a tiempo y logramos salvar la vida de esta joven". La chica y un joven amigo, quien fue rescatado por un surfista, hacían "body-boarding" en Silver Bay antes de quedar atrapados en el mar. Ambos fueron trasladados por el príncipe al hospital de Bangor, al norte de Gales, para ser atendidos.
El príncipe Guillermo -nieto de la reina Isabel II de Inglaterra- se recibió como piloto de la RAF hace pocos meses, tras realizar prácticas en las Islas Malvinas. Precisamente allí, en febrero de este año, realizó su primer rescate al mando de un helicóptero. Actualmente, redujo sus actividades como miembro de la realeza para dedicarse a su trabajo, apostado en la base militar de la remota isla galesa de Anglesey.
(*) Especial para Perfil.com