Insignificantes chacales, prostitutas, esbirros a sueldo, perros de presa de la mafia. Son algunos de los epítetos que líderes del actual gobierno italiano han dedicado en los últimos días a los periodistas de su país.
La culpa de los profesionales de la prensa habría sido la de haber informado sobre el “proceso Mara”, una investigación por la que la alcalde de Roma, Virginia Raggi, miembro del Movimiento 5 Estellas (MS5) fue imputada por un nombramiento irregular en la alcaldía. Después de 22 meses, Raggi fue absuelta días atrás, aunque según el tribunal “el hecho subsiste, pero no constituye delito”.
Horas después, el vicepresidente del gobierno, y ministro de Desarrollo Económico y de Trabajo, Luigi di Maio, del MS5, comentó el fallo en su página de Facebook: “lo peor de esta historia lo han protagonizado la gran mayoría de quienes aún se autotitulan periodistas, pero que en realidad solo son insignificantes chacales. La verdadera plaga de este país son los medios corruptos intelectual y moralmente. Los mismos que le están haciendo la guerra al gobierno para tratar de hacerlo caer”, escribió.
A partir de ahí, se sucedieron una serie de ataques de miembros del movimiento, que acusaron a la prensa italiana de estar al servicio del poder de turno, y amenazaron con demandas judiciales y recortes en las pautas públicitarias.
“Los culpables son aquellos que insultaron y calumniaron (a Virginia Raggi). Los culpables son aquellos esbirros que desde hace más de dos años le han lanzado encima toneladas de fango”, afirmó el ex diputado Alessandro di Battista. “Hoy la verdad judicial demostró solo una cosa: que las únicas prostitutas son ellos, estos esbirros que no se prostituyen ni siquiera por necesidad, sino por vileza”.
Respuesta. Pero la prensa italiana no se quedó quieta y ya lanzó la consigna “Saquen las manos de la información”. Por iniciativa de la Federación Nacional de la Prensa Italiana (FNSI) y de las Asociaciones Regionales de Prensa, cientos de periodistas salieron a las calles en varias capitales para rechazar la censura de carácter político.
“No es una agresión a un único periodista, es una agresión a un principio constitucional”, dijo Giuseppe Giulietti, presidente de la FNSI.
Un funcionario público, como cualquier ciudadano italiano, puede recurrir a la Justicia para denunciar lo que considere un abuso, pero en Italia en principio la libertad de prensa es sagrada: “todos tienen derecho a manifestar libremente su pensamiento con la palabra, la escritura o cualquier otro medio de difusión. La prensa no puede estar sujeta a autorizaciones previas o censuras”, dice el artículo 21 de la Constitución, que varios diarios publicarán a página completa los próximos días como parte de la campaña para enfrentar las críticas.
En apoyo a su filial italiana, la Federación Europea de Periodistas promovió protestas en Bruselas, y en Londres un grupo de corresponsales italianos que trabajan para diarios ingleses se reunieron en Trafalgar Square.
El caso generó la reacción de figuras de la política internacional, como el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, o el presidente francés, Emmanuel Macron, que defendieron la información libre y pluralista como base de la democracia invidividual.
La feroz campaña del Movimiento 5 Estrellas contra la información se inserta en un contexto más amplio, el de los cada vez más frecuentes ataques de parte de líderes europeos y mundiales, con Donald Trump a la cabeza, contra la prensa no alineada con sus políticas, a la que acusan de generar las ya célebres “fake news”.