En Londres se está siguiendo de cerca la campaña política que está realizando la Argentina junto a otros países de la región para forzar a Inglaterra a negociar la soberanía de las islas Malvinas.
Son tiempos en los que preocupa la constante utilización por parte de los ingleses (y también otros países europeos) de las riquezas pesqueras y petroleras que ofrece todo el archipielago de las islas del Sur, pese a las presiones de la ONU para que ambas partes negocien, hasta ahora sin resultado alguno, pues Inglaterra se ha negado siempre ha sentarse a la mesa de diálogo.
Las últimas operaciones en las cuales la Prefectura argentina abordó varias embarcaciones que operan con las Malvinas han llamado la atención en el Reino Unido. Días pasados la decisión adicional de Montevideo de impedir usar su puerto para reabastecimiento de buques malvinenses, añadió más tensión. Tanto es así que inclusive los británicos citaron al embajador uruguayo a una tensa reunión en el Foreign Office, y en Montevideo se prevé una nueva reunión entre el canciller Luis Almagro y el representante del Reino Unido, Patrick Mullee.
Y para seguir con la rueda de acontecimientos, ayer en la la Cumbre del Mercosur se acordó implementar medidas para "impedir el ingreso a los puertos de los países miembros a todos los buques que enarbolen la bandera de las Malvinas", con lo cual no solo Uruguay sino también Brasil, se sumarían a la postura argentina.
El diario londinense Telegraph ha dicho que "Argentina ha montado una campaña naval y política para damnificar a los isleños". Un portavoz del gobierno inglés habría manifestado "que hay mucha preocupación con esta maniobra del Mercosur, en la cual no solo Argentina, sino también el Brasil y el Uruguay" han votado para cerrar sus puertos. "No hay justificación para que le quieran arruinar la vida a los isleños" dijo el vocero británico.
"Que tengan bien en claro que nuestro gobierno está unido y que vamos a proteger a los residentes" de las Malvinas (aunque en Inglaterra siempre se utiliza la palabra Falklands, la palabra Malvinas está prohibida en toda comunicación oficial). Desde el Foreign Office, el diputado laborista John Spellar comentó que su gobierno está manteniendo reuniones urgentes con distintos países para analizar la situación. "No tenemos claro cual será aún el impacto práctico para los buques que operan en la zona". Por ahora el veto a navegar es sólo para los barcos con "bandera de Malvinas-Falklands", algo que afecta a unas 30 embarcaciones pesqueras locales y a varios buques de origen español.
La gran mayoría de los buques con bandera de las Malvinas operan bajo el ala de sociedades fundadas bajo leyes británicas pero en realidad pertenecen a capitales españoles que usan dicha bandera de las islas por razones impositivas y para obtener licencias exclusivas de pesca. Estos buques se reabastecían y utilizaban los servicios de puertos uruguayos por razones operativas. Notablemente las embarcaciones británicas –excepto buques de guerra- que no tengan dicha "bandera" serán por ahora exceptuadas de las restricciones.
Según expertos, la fauna marina y la pesca diaria -en toda la región donde trabajan estos buques- es inmensa. Muchas empresas de explotación marina han optado por ir a la región de las Malvinas por ser una región con menos riesgos de terrorismo y piratería, tal cual se observa en ciertas zonas de África.
Para la Presidenta argentina la situación es grave: "Malvinas no es una causa argentina, es una causa global, porque se están llevando los recursos petroleros y pesqueros" denunció Cristina Fernández de Kirchner ayer en la reunión del Mercosur. También en la Cumbre habló del tema el presidente uruguayo: "No tenemos nada contra Inglaterra, pero sí tenemos mucho a favor de nuestra vecina Argentina y no podemos aceptar una bandera de un enclave colonial en nuestra región" dijo "Pepe" Mujica.
(*) Especial para Perfil.com.
