Washington - El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, criticó al gobierno del presidente estadounidense George W. Bush en su último discurso antes de entregar su cargo, el próximo 31 de diciembre, donde subrayó la necesidad de ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU y advirtió que los Estados Unidos no deben abandonar sus ideales democráticos en la guerra contra el terrorismo.
"Los derechos humanos y el respeto a la ley son vitales para la seguridad global y la prosperidad", dijo el titular de la ONU en el Museo y Biblioteca del Presidente Truman, ubicado en el Estado de Missouri.
Annan recordó que cuando se hace uso del poder "especialmente de la fuerza militar, el mundo lo considerará legítimo sólo cuando esté convencido de que se utiliza con un propósito correcto, de objetivos compartidos y de acuerdo con normas ampliamente aceptadas".
"Cuando Estados Unidos parece abandonar sus propios ideales y objetivos, sus amigos en el extranjero se sienten confundidos y preocupados", agregó.
Annan, que lideró la ONU durante diez años, manifestó que Estados Unidos tiene una responsabilidad especial hacia el resto del mundo, debido a su extraordinario poder, a la vez que resumió los cinco principios que considera esenciales: responsabilidad colectiva, solidaridad global, respeto a la ley, compromiso mutuo y ultilateralismo.
Annan eligió el Museo Truman para su discurso en parte porque está dedicado a un presidente que fue fundamental en la creación de las Naciones Unidas. "Como dijo el presidente Truman: 'La responsabilidad de los grandes Estados es servir y no dominar a los pueblos del mundo", afirmó.
Al referirse a las lecciones que aprendió al frente de la ONU, Annan sostuvo que todos los gobiernos, pobres y ricos, deben ser responsables por sus acciones tanto en la arena internacional como en la nacional.
"Los Estados pobres y débiles son fácilmente llamados a rendir cuentas porque necesitan de la asistencia internacional. Pero los Estados grandes y poderosos, cuyas acciones tienen mayor impacto en otros, sólo pueden ser controlados por sus propios pueblos, mediante sus instituciones nacionales", puntualizó.
Con respecto a la seguridad internacional, subrayó la interdependencia de los Estados para combatir amenazas como el terrorismo y aseveró que "ninguna nación puede reforzar su seguridad buscando la supremacía sobre todas las demás".
Por otra parte, llamó a reformar el Consejo de Seguridad y añadió que su membresía todavía "refleja la realidad de 1945, no la del mundo de hoy". Sugirió agregar nuevos miembros para representar partes del mundo que no tienen una voz.
Asimismo, agregó que los miembros permanentes, las potencias mundiales, "deben aceptar la responsabilidad especial que viene con este privilegio. El Consejo de Seguridad no debe ser otro escenario para imponer los intereses nacionales", dijo el secretario general, en clara alusión a la administración Bush.
La relación entre Annan y Washington se deterioró en los últimos años, en especial cuando en 2003 el titular de la ONU se manifestó en contra de la invasión de Irak y más tarde pidió el cierre de la prisión de Guantánamo.
El funcionario fue criticado por el gobierno estadounidense tras afirmar que el nivel de violencia en Irak es peor al de la guerra civil en Líbano y que algunos iraquíes creen que sus vidas eran mejores bajo el régimen de Saddam Hussein.
Por último, el secretario general aseguró que "los estadounidenses, al igual que el resto de la humanidad, necesitan un sistema global que funcione para afrontar los retos mundiales".
"Y para que funcione, el sistema aún clama por un liderazgo estadounidense de visión amplia, en la tradición del presidente Harry Truman. Espero que los líderes estadounidenses de hoy y de mañana ejerzan este liderazgo", concluyó.