El Senado brasileño aprobó un proyecto de ley que hace obligatorio el uso de mascarillas en lugares públicos o privados, pero accesibles al público, en todo el país.
El uso obligatorio incluye transporte público (como metro y autobús), taxis, autos bajo reserva y aviones.
La no utilización de dispositivos de protección individual implicará una sanción pecuniaria establecida por los estados o municipios.
El presidente Jair Bolsonaro es muy reacio a utilizar el barbijo, que no suele llevar en sus apariciones públicas o se lo coloca mal, dejando la boca al descubierto.
Según la nueva normativa, el gobierno debe proporcionar mascarillas gratis a las personas económicamente vulnerables. A su vez las empresas deben ofrecerlas a sus empleados.
Están exentas de uso de la mascarilla personas con autismo, discapacidad intelectual, sensorial o cualquier otro tipo de trastorno que les impida utilizarlas correctamente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró hoy que los gobiernos deben incitar el uso de mascarillas cuando la transmisión del coronavirus es generalizada y el distanciamiento social no es posible, dos situaciones que vive hoy Brasil.
La OMS también emitió nuevas directivas respecto a la composición de las máscaras de tejido no médico, advirtiendo que deben constar de, al menos, tres capas de material diferente, pero recordó que no reemplazaban el distanciamiento físico ni la higiene de las manos.