El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció el martes el fin del uso obligatorio de mascarillas y la reapertura total de los comercios, estimando que el segundo estado más poblado de Estados Unidos tiene "los medios para proteger" a su población del coronavirus.
"A partir del próximo miércoles, todos los comercios de todo tipo podrán abrir al 100% de su capacidad", afirmó Abbott a través de un decreto en el que "pone fin, en todo el estado, a la obligatoriedad del uso de mascarillas".
"Gracias a los avances médicos en materia de vacunas y tratamientos con anticuerpos, Texas tiene ahora los medios para proteger a sus habitantes del virus", celebró en un discurso dirigido a miembros de la Cámara de Comercio de Lubbock.
"Durante casi seis meses, a demasiados texanos se les ha negado la oportunidad de trabajar, demasiados propietarios de pequeñas empresas han tenido dificultades para pagar sus facturas", añadió. Asimismo, las empresas pueden limitar, si lo desean, el aforo de sus locales o establecer protocolos sanitarios.
El lunes 1 de marzo, la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU, la principal agencia federal de salud pública del país, advirtió contra cualquier flexibilización de las medidas sanitarias, especialmente en el uso de mascarillas.
Casi 44.000 personas han muerto de Covid-19 en Texas desde el comienzo de la pandemia, según datos de la Universidad Johns Hopkins. Estados Unidos es país más castigado por la pandemia, produciéndose 516.346 víctimas fatales con 28.714.851 casos confirmados.
JFG