Acosado por protestas callejeras que crecen en intensidad, y a las que en las últimas horas se sumó el acuartelamiento de la policía en varias ciudades el país, Evo Morales convocó ayer en forma “urgente e inmediata” a un diálogo a las fuerzas políticas, e instó a sus organizaciones afines a movilizarse para defender la democracia ante lo que calificó como un “golpe de Estado”.
“Convoco al diálogo a los partidos que han obtenido asambleístas en las últimas elecciones nacionales, son cuatro partidos”, tres opositores y uno oficialista, dijo Morales en un mensaje desde la base aérea de El Alto, en el que pidió también a los policías que pongan fin a sus motines y retomen las labores de preservar la seguridad.
El presidente boliviano excluyó de su llamado a los poderosos comités cívicos regionales que lo tienen en jaque con manifestaciones callejeras en las que exigen su renuncia, por lo que analistas consideran que la convocatoria tendrá poca repercusión.
Agenda abierta. Evo propuso debatir “una agenda abierta para pacificar Bolivia”, e invitó a acompañar el diálogo a la ONU y la OEA, así como a las Iglesias.
El país es escenario de protestas multitudinarias, paros y violencia, que han dejado tres muertos y al menos 383 heridos desde los comicios del 20 de octubre, en los que Morales obtuvo la reelección a un cuarto mandato de cinco años, y que la oposición ha denunciado como fraudulentos.
Apenas minutos después de la convocatoria, dos de los principales referentes de la oposición, rechazaron la invitación. “No tengo nada que negociar con Evo Morales y su gobierno”, dijo Carlos Mesa, que quedó en segundo lugar en las elecciones y que reclama la constitución de un nuevo tribunal electoral y la repetición de las elecciones.
“No acudiré al diálogo”, dijo por su parte Rubén Costa, del partido Bolivia Dijo No”, mientras que el líder del otro partido opositor, el coreano-boliviano Chi Hyung Chung, del partido Democrata Cristiano, fue el único en aceptar.
A las denuncias de fraude y pedidos de renuncia a Morales lanzadas por los partidos de la oposición se sumaron los poderosos comités cívicos, formados por grupos opositores civiles, liderados por Luis Fernando Camacho, de la región de Santa Cruz, que no fueron convocados a participar del diálogo que promueve Morales.
La ausencia de estos grupo quita representatividad al diálogo. “La movilización la está realizando la sociedad civil, no los partidos políticos”, advirtió Waldo Albarracín, retor de la Universidad Mayor de San Andrés, cuyos alumnos y personal se sumaron a las protestas.
Honor. En su mensaje, Morales pidió a los policías que retomen sus labores: “Convoco a los comandantes nacionales, departamentales, a ese policía que es comprometido con su pueblo, a cumplir con las normas, a cumplir con su honor”.
La rebelión policial, que inciaron el viernes las fuerzas especiales (UTOP) en la ciudad de Cochabamba, se expandió inicialmente a los comandos de Sucre y Santa Cruz, bastión opositor.
Durante la noche del viernes la rebelión de los agentes se extendió a las demás regiones (de un total de nueve), salvo La Paz y Pando (norte), según medios locales.
Sin embargo, los agentes de la UTOP de La Paz que mantenían restringido el acceso a la plaza donde está la casa de gobierno, se retiraron a su cuartel ayer en apoyo a los motines.
La rebelión se desató mientras la oposición exigía en las calles la renuncia de Morales, quien volvió a afirmar ayer que hay un “golpe de Estado” en marcha en su contra.
Violencia. Entre tanto, la presencia en las calles y rutas tanto de opositores como de oficialistas hace temer una explosión de violencia en varias partes del país. Ayer, una caravana de autobuses que se dirigía a La Paz en apoyo a las protestas fue atacada en una carretera de la zona andina del país, en un incidente con un número indeterminado de heridos.
Los autobuses procedían de Potosi y Chuquisaca, en el oeste y sur del país, y sufrieron un ataque cerca de Oruro.
Ayer, luego del llamado de Morales a defender su gobierno de manera “pacífica”, dos de las organizaciones civiles que lo respaldan, la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de la ciudad de El Alto y la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), advirtieron a Luis Camacho, el líder del Comité Cívico de Santa Cruz, que debía dejar La Paz o asumir las consecuencias.
Los movimientos sociales avisaron también a la policía que si persiste en matenerse en los cuarteles sacarán a las calles la “nuestra policía sindical para cuidar la seguridad ciudadana”.
“Nunca nos enfrentaremos con el pueblo”, dicen las Fuerzas Armadas
EFE
Las Fuerzas Armadas de Bolivia aseguraron ayer que nunca irán contra el pueblo y velarán por la paz en el país, ante la grave crisis política y social.
“Ratificamos que nunca nos enfrentaremos con el pueblo a quien nos debemos y siempre velaremos por la paz”, subrayó la institución en un comunicado leído por el comandante general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman.
Los militares recalcaron que garantizan “la unión entre compatriotas”, así como la “convivencia entre hermanos y el desarrollo de nuestra patria”.
“Los actuales problemas generados en el ámbito político deben ser solucionados en el ámbito de los más altos intereses de la patria antes de llegar a momentos irreversibles”, destacaron en el comunicado.
Kaliman leyó esta declaración, sin posibilidad de preguntas, acompañado del alto mando militar del país, “ante la convulsión social en la que está sumida nuestra amada Bolivia”.
El jefe militar afirmó que los uniformados se encuentran “totalmente cohesionados bajo el mando militar, apegados siempre a la disciplina, orden y respeto a la Constitución”, para la “defensa, seguridad y estabilidad del Estado”.
La noche del viernes el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, afirmó que los uniformados de las FFAA no saldrán a las calles ante el amotinamiento de los efectivos de la Policía Boliviana.