Un hombre de Filipinas murió el lunes, en la provincia de Cavite después de ser obligado por un policía a realizar 300 sentadillas como castigo por violar el toque de queda de COVID-19.
Dicha medida sanitaria limita cualquier tipo de las salidas entre las 18 y las 5 de la mañana. Su implementación responde a la crítica situación pandémica que afronta el país, con más de 812.000 casos de coronavirus y alrededor de 13.000 muertes.
Darren Manaog Peñaredondo, de 28 años de edad, salió después de las 18 para comprar agua potable el 1 de abril en la ciudad General Trias, cuando fue detenido por guardias del pueblo.
Según declaraciones de Nappler Reichelyn Balce, compañera de Peñaredondo, fue llevado por las fuerzas policiales hasta la Plaza Malabon. Una vez allí, los efectivos lo obligaron a realizar 100 sentadillas.
Asimismo, le habrían aclarado que, de no hacerlas de manera sincronizadas y bien ejecutadas, las debería de repetir. Habiendo tropezado en varias ocasiones, el joven de 28 completó más de 300 ejercicios de bombeo.
Después de regresar a casa, apenas podía caminar o pararse. Al día siguiente manifestó convulsiones y perdió el conocimiento repetidas veces. Poco después, perdió la vida.
Denuncian casos de violencia policial "sectorizada y selectiva" durante la cuarentena
El alcalde de General Trias, Anthony Ferrer, anunció que se procederá a iniciar una investigación sobre el incidente, a la vez que negó que los infractores del toque de queda estén sujetos a ejercicio físico como forma de castigo.".
Bajo la misma línea, el teniente coronel Marlo Nillo Solero, jefe de la policía de la ciudad, también negó que se utilice el ejercicio excesivo como castigo por violar la medida impuesta por el gobierno filipino.
JFG