Las repúblicas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, cuya independencia reconoció Rusia el lunes 21 de febrero, están situadas en la cuenca minera rusófona del Donbás (este de Ucrania) y están fuera del control de Kiev desde 2014.
Donetsk (antes conocida como Stalino) es la principal ciudad de la cuenca minera del Donbás, así como uno de los principales centros metalúrgicos de Ucrania. Tiene una población de dos millones de habitantes. Lugansk (antes Voroshilovgrado), una ciudad industrial, tiene 1,5 millones de habitantes.
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La cuenca del Donbás, fronteriza con Rusia en la orilla norte del Mar Negro, tiene enormes reservas de carbón. La presencia de rusoparlantes en la región está relacionada con el gran número de trabajadores rusos enviados allí después de la Segunda Guerra Mundial, durante el periodo soviético.
El conflicto entre las fuerzas ucranianas y los separatistas de Donetsk y Lugansk estalló hace ocho años, a raíz de la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia. Su independencia, proclamada en referéndum, no es reconocida por la comunidad internacional.
La guerra entre los separatistas y las autoridades de Kiev dejó más de 14.000 muertos.
Ucrania y los países occidentales acusan a Rusia de apoyar militar y financieramente a los separatistas prorrusos. El Presidente ruso Vladimir Putin anunció el lunes que reconocía su independencia.
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El Donbás también está en el centro de una batalla cultural entre Kiev y Moscú, que argumenta que la región, junto con gran parte del este de Ucrania, está poblada por rusoparlantes que deben ser protegidos del nacionalismo ucraniano.
La resolución del conflicto, prevista en los acuerdos de Minsk de 2015, está en un punto muerto, ya que el gobierno ucraniano y los separatistas se acusan mutuamente de no respetarlos. Aunque se instauraron varias treguas, quedaron obsoletas por las repetidas violaciones de las partes en conflicto.
La parte política de los acuerdos, que prevé una amplia autonomía para las regiones rebeldes y la celebración de elecciones locales según la legislación ucraniana, sigue siendo papel mojado, y las partes enfrentadas se culpan mutuamente del fracaso.
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El reconocimiento por parte de Moscú el lunes de la independencia de las regiones separatistas es "una violación flagrante de la soberanía ucraniana" y un "repudio" de los acuerdos de Minsk, dijo el primer ministro británico Boris Johnson.
Denis Pushilin, elegido en 2018 en una votación denunciada por Kiev, lidera la autoproclamada República Popular de Donetsk (DNR), mientras Leonid Pasechnik dirige la autoproclamada República de Lugansk (LNR).
Muchos señores de la guerra y líderes separatistas han muerto en los últimos años en atentados, víctimas de luchas intestinas u operaciones de los servicios especiales ucranianos, según versiones no verificables.
El caso más destacado es el del anterior hombre fuerte de Donetsk, Alexander Zajárchenko, muerto en 2018 en una explosión.
ds