INTERNACIONAL
el gobierno llama al dialogo

Francia: los chalecos amarillos jaquean a Macron

Las protestas culminaron ayer con casi 1.400 detenidos, 118 heridos y enfrentamientos con la policía. El movimiento, que nació en rechazo a la suba del precio del combustible, pide ahora una rebaja de impuestos y el aumento del salario mínimo.

201812081367_internacionales_CP36 Agencia Ap
Violencia. Hubo choques con la policía en París, Burdeos, Lyon, Saint-Etienne y Toulouse. El presidente Macron había declaradado en el G20 que los manifestantes “quieren el caos”. | afp / ap

Las protestas de los chalecos amarillos contra Emmanuel Macron congregaron ayer a 125 mil personas y culminaron con enfrentamientos con la policía en varias ciudades, autos y barricadas en llamas, 118 heridos y 1.385 detenidos en todo el país. El heterogéneo movimiento de protesta contra el aumento del precio del combustible mostró por cuarta vez consecutiva su músculo y poder de fuego, encaramado en reivindicaciones de una clase media empobrecida y de sectores políticos antagónicos, como la extrema izquierda y la extrema derecha, que plantaron cara al Palacio del Elíseo y sumieron a Francia en una aguda crisis política.
Las reivindicaciones de los chalecos amarillos se extendieron a la rebaja de impuestos y al aumento del salario mínimo y de las jubilaciones, en momentos en que el gobierno llamaba al diálogo y Macron guardaba un llamativo silencio.
París fue el epicentro de las protestas violentas. Allí, miles de manifestantes corearon “¡Macron, renunciá!” y entonaron La Marsellesa. Minutos después, entraron por primera vez en acción los vehículos blindados de la gendarmería para apagar las llamas. En los Campos Elíseos, los manifestantes intentaron prender fuego a la fachada de un centro comercial de lujo, quemaron coches y lanzaron proyectiles a las fuerzas de seguridad. Las calles parisinas parecían escenario de una guerra de guerrillas, con barricadas, fuego, comercios cerrados y miles de manifestantes y policías luchando cuerpo a cuerpo.
“¡El objetivo es ir al Elíseo!”, afirmó Denis, manifestante de 30 años, a AFP. “¿Cómo vamos a tener hijos? Yo también quiero niños”, preguntó, por su parte, Tim Viteau, un desempleado de 29 años. Como los indignados, los chalecos amarillos son un movimiento heterogéneo y sin líder, que manifiesta sus diversas reivindicaciones en la calle, lejos de las instituciones de la política tradicional.
Las protestas comenzaron el 17 de noviembre cuando el gobierno anunció que aumentaría los impuestos a los combustibles como parte de un plan para mitigar el cambio climático y cumplir con los objetivos estipulados en el Acuerdo de París. Macron cedió y anuló la medida, pero no bastó para aplacar la ira de los manifestantes.
Gobierno. El primer ministro francés, Edouard Philippe, llamó ayer a reanudar el diálogo y prometió que el presidente, que no hizo declaraciones desde que volvió de la Argentina, anunciaría “medidas”. “El diálogo ha comenzado y debe continuar. Hay que tejer de nuevo la unidad nacional”, afirmó. “La vigilancia y la movilización siguen siendo necesarias porque en París y en algunas ciudades provinciales todavía hay alborotadores en acción”, agregó.
Por su parte, el ministro del Interior, Christophe Castaner, anunció que las fuerzas de seguridad arrestaron a 1.385 personas, de las cuales 975 tenían ayer prisión preventiva. “Esta cifra va a aumentar”, declaró a la prensa.
La aprobación de Macron cayó 4 puntos en el último mes, ubicándose en 23%, según una encuesta del barómetro Elabe publicada el jueves por el diario Les Echos. “Los culpables no quieren cambios, quieren el caos. No aceptaré nunca la violencia”, había aseverado Macron el sábado pasado en Buenos Aires.
Sin embargo, los manifestantes parecieron no tomar en cuenta su advertencia. En Burdeos, lanzaron cócteles Molotov, mientras la policía tiraba gases lacrimógenos. La violencia empañó también las protestas en Lyon, Saint-Etienne, Marsella y Toulouse. Las rutas y autopistas, en tanto, estaban bloqueadas en todo el país y la frontera franco-española también fue cerrada por los chalecos amarillos.
 
Donald Trump. El presidente de Estados Unidos aprovechó para tirar leña al fuego. “El Acuerdo de París no está funcionando muy bien para París. Protestas y disturbios por toda Francia”, escribió en su cuenta de Twitter. “La gente no quiere pagar grandes sumas de dinero, muchas a países del Tercer Mundo (que están dirigidos cuestionablemente), para tal vez proteger el ambiente”, agregó, en momentos en que se celebra en Polonia la 24ª Conferencia sobre Clima de las Naciones Unidas. El pasado martes, Trump había opinado que las protestas de los chalecos amarillos le daban la razón de retirarse del Acuerdo de París luego de que Macron suspendiera la suba del combustible.