En un nuevo gesto de austeridad, el papa Francisco pidió un vuelo sin comodidades especiales y renunció a la cama en el avión que lo llevará a Río de Janeiro, donde presidirá la Jornada Mundial de la Juventud del 22 al 28 de julio. Según informó ayer el sitio Vatican Insider, el Pontífice argentino ordenó a la Secretaría de Estado de la Santa Sede que escribiera una carta a la aerolínea Alitalia para informar que no quiere ningún lujo durante el vuelo.
Jorge Bergoglio aceptó viajar sentado en primera clase, pero no quiso la cama que se prepara habitualmente para los pontífices durante sus largos viajes internacionales. Para Francisco, el asiento de primera clase ya representa un cambio con respecto a su estilo de vida ya que, según explicó, cuando era cardenal siempre viajaba en turista.
Lo único que pedía en ese entonces era un asiento en las filas cerca de las salidas de emergencia para poder estirar las piernas, como lo hizo el 26 de febrero cuando salió desde Buenos Aires hacia Roma para participar en el cónclave en el que fue elegido Papa el 13 de marzo.
Otro cambio en el vuelo será que el avión Airbus 330 partirá desde el aeropuerto de Fiumicino y no desde la base militar de Ciampino, como estaba previsto inicialmente, con la intención de hacer más simples todos los procedimientos.
“¿Por dónde abordan normalmente los pasajeros? ¿En Fiumicino? Pues entonces no quiero crear molestias para partir de Ciampino”, dijo el Papa a sus colaboradores, según reprodujo Vatican Insider, un sitio especializado del diario italiano La Stampa.
Mientras tanto, el vocero del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, afirmó ayer que el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), conocido como el Banco Vaticano, mantiene una línea de “tolerancia cero” contra las actividades financieras ilegales. El IOR “está siguiendo una línea clara de identificación sistemática frente a todas aquellas actividades que sean ajenas a los estatutos del Instituto, las realicen laicos o eclesiásticos”, destacó Lombardi.
En ese marco, la Fiscalía del Vaticano que investiga operaciones sospechosas en el IOR dispuso ayer congelar los fondos a nombre de monseñor Nunzio Scarano, quien ya había sido suspendido hace un mes de sus funciones en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
Según explicó Lombardi, la disposición de congelar los activos de Scarano se ubica “en el marco de las investigaciones en curso por parte de las autoridades judiciales del Vaticano, tras los reportes sobre operaciones sospechosas presentados ante la Autoridad de Informaciones Financieras (AIF)”.El vocero vaticano anticipó también que “las investigaciones pueden extenderse a otras personas”.
Scarano fue detenido a fines de junio por fraude y corrupción, acusado de haber intentado ingresar ilegalmente a Italia veinte millones de euros en un jet privado proveniente de Suiza. Su arresto fue la primera acción concreta contra la corrupción en el IOR desde que Francisco asumió como Papa
